♠Capítulo 39♣

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Nagisa caminaba hacia la habitación en la cual se encontraba Yuuma con sus dos bebes, llevaban flores y algunos globos. Gracias a dios, todo había salido a la perfección y los tres estaban a salvo. Aunque a los gemelos los debían mantener cerca de la ventana ya que al ser prematuros su calor corporal bajaba con más rapidez que un bebe normal.

Cuando estaban llegando a la habitación en la cual se encontraba el chico pelinegro, sintieron unas risas y algunos chillidos lo que les advirtió que el resto de la clase estaba allí, ambos jóvenes se observaron y caminaron con una sonrisa, abriendo la puerta a la clase tomando fotos a los bebes en sus respectivas cunas, las cuales tenían en grandes letras color celeste "Maehara Shion" y en grandes letras color rosa "Maehara Aika".

Nagisa se ubicó al lado de Yuuma y comenzó a peinarlo, ya que estaba con su cabello algo desordenado. El pelinegro sonrió con vergüenza ante la acción de su amigo, aunque en el fondo le agradecía ya que su aspecto debía ser horrible.

-Yuuma, ¿Cómo te sientes?- Yuuma simplemente asintió ante la pregunta de Itona, el cual lo observo algo extrañado.- ¿Por qué no me respondes?

-Después de tener una cesárea y más si es algo complicada a la persona se le restringe hablar por un par de horas.- Nagisa le contestaba a Itona el cual sentía con rostro de evidente asombro, ya que ellos habían visitado a Nagisa mucho después del parto así que el peliceleste ya hablaba.- Yuuma, bebe.

Nagisa colocaba una bombilla frente a los labios del pelinegro para que bebiera agua ya que debía tener sed, todos los de la clase observaban en silencio ya que Nagisa parecía que sabía todo lo que el pelinegro necesitaba sin siquiera preguntárselo, pero después recordaron que él había estado en la misma situación y que se debía estar guiando por su propia experiencia. Por otro lado cierto pelirrojo observaba a los bebes de sus amigos, encontrándolos muy lindos pero no más que su hijo.

-Nagisa- El pelirrojo se volteo donde estaba su esposo hablando animadamente con sus amigos- Quiero que tengamos otro bebe.- Karma con un puchero observaba a Nagisa, mientras tenía a su hijo en brazos dormido.

-¡Karma! Eso será cuando Yuuka este más grande, que solo tiene 5 meses por dios.- Nagisa quería tener más hijos pero ese no era el momento adecuado, su bebé apenas estaba comenzando a crecer y el solamente tenía en mente criarlo y trabajar.

-¡No le dices que no solo porque quieres practicar! ¡Pillín!- Rio, comenzó a burlarse de Nagisa el cual se colocó como un tomate, más no negó nada de lo que decían, Yuuma intentaba no reír por ninguno de los medios ya que su herida dolía. De esa manera y gracias a las locuras de una joven rubia de ojos celestes la visita no fue tan tranquila como todos habían esperado.


(...)


La recuperación de Yuuma no había tenido problemas, el joven había logrado superar los dolores de sus heridas y ahora ya se podía mover con más libertad que antes, lo que lo ayudaba en el momento de ver a sus gemelos, los cuales ante sus ojos estos eran hermosos, aunque en verdad era demasiado agotador el criar a dos bebes al mismo tiempo.

El chico de cabellos negros sentía que si no hubiera sido por Nagisa y por su hermana no habría podido aguantar el ritmo diario, ahora ya se estaba acostumbrando, ahora de cierto modo sentía algo de pena por su esposo el cual se encargaba de los gemelos en las noches para que su pareja durmiera tranquilamente. Todo estaba tranquilo y podían decir que el amor estaba en el aire, él estaba bien con su pareja y estaban criando a unos niños preciosos, a los cuales se dedicarían en cuerpo y alma.

Yuuma reflexionaba como el tiempo pasaba tan rápido, y como su vida había cambiado de manera tan rápida, pero aunque fuera irónico solo había cambiado hace unos 7 años aproximadamente, con la ayuda de su profesor el cual los incentivo a todos los de la clase a que fueran felices sin importar las opiniones ajenas, el chico pelinegro quería que sus hijos tuvieran un profesor así, uno que se preocupara de sus alumnos de manera personal y profesional.

-¿Pensando en la cena...?- Las reflexiones del chico fueron interrumpidas por la voz de su hermana la cual estaba a solo unos centímetros de él, pero el susto fue tan grande que Yuuma dejo caer lo que llevaba en las manos ahogando un grito de sorpresa.- Tranquilo hermano, que no te atacaré.

-¡Por dios casi me matas!- El chico volteo a ver a su hermana con el ceño fruncido, en realidad que esa chica parecía toda una ninja- ¿Por qué no me avisaste que vendrías? Habría preparado algo.- Yuuma tomo las sabanas que doblaba y camino hacia una de las habitaciones seguido de su hermana la cual ya tenía a Shion en brazos. –Te encanta tener a Shion en brazos

-Es una de las cositas más tiernas que he tomado en brazos, junto con su hermana y Yuuka- Yuuma rio aun sin comprender el porqué de la visita de su hermana, aunque ella pretendiera actuar como siempre, él sabía que no lo estaba haciendo, la conocía demasiado bien. Estaba nerviosa e intentaba decirle algo. Ya molesto al verla como desviaba la mirada, la encaro, no se dedicaría a jugar a los detectives- De acuerdo, ¿Me puedes decir que es lo que está sucediendo?

-Heeeeeeermaaanito... ¡¡¡Me voy a casar!!!- Yuuma abrió sus ojos como platos y se llevó las manos a la boca con emoción.

-¡¡Felicidades!!... ¡Por dios! ¿Quién habrá domado a esta bestia?- La chica azabache le soltó un ligero golpe y comenzó a bajar las escaleras con Shion en sus brazos el cual ya estaba dormido.- ¡No puedo creer que Satoshi-kun te lo haya propuesto!

-¡Además tenemos una sorpresa!- ella dejo a Shion en la cunita de la sala.

-Y esa ¿es...?- Yuuma arropo a su bebe el cual estaba en su cunita, al lado de su hermana la cual dormía como una boa.

-Si te lo contara, ya no sería una sorpresa- La chica corrió hacia la cocina mientras soltaba maléficas risitas, y eso le dio a entender que esa supuesta sorpresa... No era algo bueno, por lo menos para él. 


Continuara...

PD: Nos acercamos al final.

Ya Somos Adultos -KarmaGisa-Mpreg.Where stories live. Discover now