Another Love |Zayn Malik| ✓ *sin editar*

Capítulo 13. Detenimiento.

Me voltee para ver a Zayn y detrás de él, el oso se acercaba, estaba a metros de nosotros. Estaba a metros de él.

Oh no.

Zayn se apresuró en abrir la puerta del auto.

-          ¡Rápido, entra! – me indico él.

Entre y espere a que Zayn también entrara, cuando lo hizo, mire hacia el oso. Era enorme y ¡se acercaba cada vez más! ¡Maldita sea! ¡No!

-          ¡Arranca! , Zayn… ¿¡qué esperas!? – grite de nuevo.

Voltee a ver a Malik y  él se apuraba en poner a arrancar el auto, sin embargo la desesperación se había apoderado ahora de él, fue tanta que hizo botar las llaves, trato de buscarlas pero ya era demasiado inútil… el oso…

El oso se embistió contra el auto, lo movía, quería hacerlo voltearse, pensé por un segundo que eso iba a pasar y se convertiría en su juguete.

Estaba muy asustada, tanto que no me percate… había sujetado la mano de Zayn.

Pero nada en ese momento me importaba. Quería sentirme segura de cualquier manera, cueste lo que cueste.

Otro golpe y eso fue todo para mí.

-          ¡AH! – exclame asustada, entrando en un estado de pánico.

-          Tranquila, se va a cansar, aquí estamos seguros. – trato de calmarme Malik y apretó mi mano con un nivel soportable de fuerza.

Le iba a contestar: “contigo estoy segura”, pero no era un buen momento.

De nuevo otro enbestimiento.

Me sentía en un estado de pánico, no sabía qué hacer y no pensaba correctamente, solo apretaba cada vez más fuerte la mano de Zayn.

Quizás, y después de 10 minutos, el oso se detuvo y se fue a destruir nuestra carpa, las maletas y la ropa. Todo vi como lo hacía trizas.

Zayn trato de buscar las llaves, aprovechando que el oso estaba distraído, pero yo ya las había encontrado, estaban afuera, debido al movimiento del auto, se habían salido por la ventanilla.

-          Están afuera. – le indique, y señale con el dedo índice las llaves.

-           Maldición. – maldijo Zayn entre susurros.

-          Estaremos aquí un buen rato. – agregué ya un poco más calmada.

-          El olor a pescado lo atrajo, seguro. – agrego él.

-          ¡Sabía que acampar era una mala idea! ¡Eres un idiota! ¡¿Ahora qué haremos?! – dije bruscamente y le di un golpe al asiento por la rabia. Estaba un tanto furiosa. Sentía que todo era culpa de Zayn.

-          Esperar a que el oso se aburra.  – contesto en un hilo de voz y sin mirarme a los ojos.

Esa noche.

Aun seguíamos en el auto, el oso seguía afuera, destruyendo todo.

-          Jamás debí venir contigo, ni subirme a tu auto. Liam me había invitado a la fiesta. – renegué.

Zayn no respondió nada.

-          Esto es… – suspire. Iba a decir “una porquería”, pero mejor cuidaba lo que salía de mi boca, ya no quería hacer sentir a Zayn mal, debía comportarme madura.

-          Apuesto a que tienes hambre… – susurro el tratando de cambiar de tema.

-          Para que mentirte... sí. – admití. El pescado había sido demasiado poco para mí.

-          ¿Sabes…? Tengo unas dos bolsitas de maní en mi mochila. – me comento Malik con una sonrisa agradable en su rostro. 

-          Y… ¿la mochila dónde está? – pregunte curiosa.

-          En el asiento de atrás. – me respondió.

-          Qué bueno, moría de hambre. – le dije a Zayn encantada. A mí ni siquiera me gustaba el maní, lo odiaba, pero tenía hambre, bastante, y no tenía otra opción.

Voltee y justo como había dicho Zayn, allí estaba la mochila, la abrí y saque las bolsitas de maní, abrí una, y la otra se la di a Zayn, quien primero se negó en recibírmela, pero luego acepto.

Devoraba con un poco de incomodidad los maníes. Ya iba por el décimo, cuando sorprendí a Zayn examinándome con la mirada, la situación se volvió mucho más incómoda. Yo solo lo observe de reojo.

Al girar a verlo, en ese momento, Zayn sonrió, y fue ahí cuando me detuve a pensar... no lo había mirado nunca con detenimiento, no sabía porque no lo había hecho, quizás porque solo tenía ojos para Liam y solo para Liam, pero en este lapso de tiempo, en este pequeño segundo, con su sonrisa y con su mirada, me hizo ver todo lo que en aquel momento, yo no había hecho. Y me gustaba.