Another Love |Zayn Malik| ✓ *sin editar*

Capítulo 32. Lo menos esperado.

Una semana Después…

Me encontraba frente a esa casa, a la que me temía tocar la puerta.

Estaba frente a la casa de Liam. Tenía que hablar con el de una vez.

Había decido visitarlo desde que mi padre me dijo claramente: “No quiero volverte a encontrar con Zayn en aquellas situaciones” Él se refería a la agarrada de manos, era un cosa muy simple, un gesto muy lindo, pero mi papa tendía a exagerar las cosas, y por ser yo su única hija, el me sobreprotegía. Me cuidada.

Había decidido hacer esta visita, desde esa vez. Lo había pensado muy bien, hasta incluso había pensado y escogido, que palabras encajarían como mi mentiras delatadas. Descubiertas.

Tenía mis ventajas y mis desventajas. Una de las tantas ventajas que cruzaron mi cabeza, fue de que, Liam acepte la decisión que yo había decidido tomar. La cual sería: Decirle lo que sentía, pero que acepte lo que ahora, en presente, siento. En otras palabras, que afronte que estaba siendo feliz con Zayn. Y, a pesar de todo, él y yo podamos volvernos amigos, no amigos cercanos, pero si quiera ser amigos.

Una de las tantas desventajas, que cruzaron mi cabeza también, era de que Liam tome por inmadura y poco comprensible mi ocurrencia. Y que hasta incluso me tome por ridícula y no me dirija la palabra nunca más. Se aleje. Me mire diferente. Me trate diferente.

Pero no creía que Liam fuese así de malvado.

Él no era así.

Con esas y todas las otras estúpidas cosas que pensé antes de tomar esta decisión, tome una gran cantidad de aire y después de unos segundos, la bote por mi boca. Trate de armarme de valor y camine hasta el porche de aquella casa con fachada azul y portón negro.

Mire su puerta abobadamente unos segundos, hasta que decidí tocar el timbre.

Espere, lo que parecía, una eternidad. Estaba enredada en tantos pensamientos, pero tenía en la punta de la lengua lo que iba a decirle.

Fue en ese entonces, cuando esa señora irreconocible se asomó por la puerta. Era la madre de Liam.

De nuevo con cara enfadada.

-          Eh… hola, muy buenas tardes señora Payne, ¿me recuerda? – trate de sonar amable, y sonreí.

Me cerraron la puerta en la cara.

Suspire y me di la vuelta, al menos lo había intento, pero escuche la puerta abrirse otra vez.

-          ¿________...? – Dijo esa voz irreconocible de Liam.

Di la vuelta otra vez.

No podía creerlo, yo ya estaba por irme, me había salvado de enfrentarme a mis propios demonios, cuando justo a él se le ocurre salir.

Me encontraba con su silueta alta y tonificada que había olvidado y no visto en unos días. Liam vestía un polo blanco con las mangas remangadas y unos Jeans. Lo demás era secundario, pero a él siempre le gustaba verse bien.

Trate de verlo a los ojos, tenía ojeras. Cruzo por mi mente en ese segundo, que él la había pasado muy bien, aquella noche en la fiesta.

Pero no solo fueron sus bolsas debajo de sus ojos lo que me sorprendieron, fue el hecho de que toda mi vida, desde que lo había conocido, mis piernas se flaqueaban y mi corazón palpitaba fuertemente cuando lo tenía mirándome fijamente. Y ahora que lo tenía, frente a mí, observándome en cada detalle, yo… yo ya no sentía nada.