Another Love |Zayn Malik| ✓ *sin editar*

Capítulo 30. Suerte.

-          Los diarios son de niñas, ________. – se burló.

-          Oh, entonces ¿¡yo soy una niña!?

-          Claro que lo eres, tienes 16.

-          No, niño Zayn, las mujeres maduran más rápido que los hombres, tú tienes la edad mental de un niño de... – Zayn me miro esperando mi respuesta con gracia, sonreía y se lamia los labios. Tenía las cejas levantadas. – de un niño de 5, falta que también veas Dragon Ball Z o algo.

Zayn soltó una carcajada.

 Igual yo. No me la aguante.

-          Y… ¿Qué era lo que me querías decir esa noche que ese horrible animal no nos dejó salir del auto? – le pregunte.

-          Eh… lo que te he dicho hace unas horas.

-          ¿Así? Zayn… ¿enserio yo te gustaba…?

-          Gustas. Eres hermosa. Tengo tanta suerte.

-          Oh, estas apunto de tener suerte, de echo.

-          ¿Estoy a punto de tener suerte? – arqueo las cejas.

Acto seguido le dedique una sonrisa y Zayn detuvo el auto.

De repente él giro hacia mía, me dedico una mirada que sería difícil de explicar, vi sus ojos en la oscuridad y sostuve su mano, la dirigí hacia mi hombro, el deslizó su dedo debajo de mi polo, su toque envió electricidad zumbando por mi piel.

-          Bien... – le susurre.

Desabroché el cinturón del auto con rapidez y me doblé a través de mi asiento, encontrando la boca de Zayn en la oscuridad. Lo besé lentamente, y mordí su labio inferior. Su boca rozó mi cuello y sentí un toque de su lengua, causando que mi corazón latiera tan rápido y respirara con dificultad, haciendo que volviera a mi estado de nerviosismo cuando parpadeo tantas veces que hasta mi respiración se altera.

Trate de calmarme. Aún estaba delicada, después de mi accidente en el rio.

Tenía que relajarme.

Sus besos ahora pasaron hacia mi hombro desnudo, él movió mí manga más abajo y sus besos bajaron por mi brazo. Justo entonces desee que Zayn no se fuera de mi vida muy pronto, que no se marche de entre mis brazos, de unir mis labios con los suyos o de entrelazar nuestras manos. Necesitaba que él no se vaya muy pronto. Yo solo quería durar el mayor tiempo posible con él.

Deslicé mis manos por arriba de su pecho, agarrándolo por el cuello con firmeza y empujándolo hacia mí. Sus brazos abrazaron mi cintura con dulzura, encerrándome contra él.

Atrapada en ese momento, deslicé mis manos por debajo de su camiseta, pensando únicamente si el calor de su cuerpo era real. Y así fue, ame la sensación de calor de su cuerpo extendiéndose por mis manos.

-          ¿Estas consiente? – me pregunto Zayn, deteniendo el beso, deteniendo todo. Hasta la magia.

Mas no respondí, yo no estaba segura de nada, solo tenía 16. Y quizás si era una niña después de todo.

-          No. – inquirí.

Zayn pareció entender y se apartó.

No quería que esto sucediera en su auto, además.

-          Sabes... – susurro él.

-          Dime.

Zayn se sonrojo, lo que sea que fuera a decirme lo tenía avergonzado.

-          Vamos, dímelo. – le pedí.

-          El día que… – suspiro – el día que te fui a ver con la sopa de letras y me quede a dormir en tu casa…

-          ¿Sí...?

Malik soltó una risa con desaliento.

-          Es solo que yo tuve una… cuando dormimos juntos.

No lo podía creer.

Reí, aunque sabía que eso les pasaba a todos los hombros, sobre todo por las mañanas.

-          ¿Me hablas enserio?

-          Sí.

-          ¿Y porque me lo cuentas ahora?

-          No lo sé, pero hay algo más. Yo no tenía en mente besarte antes del accidente, yo ya no quería intentarlo más, te iba a dejar ser feliz con Payne, iba a olvidarte y alejarme de ti.

Me quede muda.

-          Pero te bese, y ahora lo único que tengo en mente son tus palabras diciéndome: “Solo tú existirás en mis pensamientos”. Y pase de ser el eterno perdedor a ser el que finalmente consiguió a la chica. – concluyo y me miro sonriente.

Eran muy tiernas sus palabras, sabía que este momento lo capturaría en mi memoria, lo recordaría en mi memoria, así que decidí besarlo para estar completamente segura.

Al terminar de besarlo, Zayn arranco el auto y seguimos en nuestro camino al hospital, ahora si pude caer en un profundo y pacifico sueño, como consuelo las últimas palabras qué habían escuchado mis oídos, y desperté con el rose de aquella mano cálida.

Ahora nos encontrábamos frente al hospital.

-          Llegamos. – me dijo Zayn dulcemente.