tres

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Me quedé callada mirándolo y cuando iba a hablar justo mi celular empezó a sonar. Le bajé todo el volumen.

—Broma, estoy soltero—dijo y me miró—en realidad no estoy ni ahí con nadie.

Me reí y me acomodé el pelo hacia atrás. Me desabroché el cinturón y le di un beso en la mejilla para bajarme del auto.

—Gracias por venirme a dejar—le sonreí.

—Cuídate... nos vemos el lunes, Igna—me dijo cuando me bajé del auto.

Entré a mi casa y procesé todo. ¿Con qué motivo me habrá hecho esa broma?. Subí a mi pieza y me cambié la ropa, llamé de vuelta al Javier que no le había respondido.

—¿Dónde te fuiste?—preguntó a penas respondió el teléfono.

—A mi casa—le respondí con un tono tierno para que no se preocupara.

—¿Y cómo te fuiste?—preguntó—era muy tarde como pa' que andarai sola por la calle.

—Uy, ya papá—dije choriá—me encontré al profe y se ofreció en venirme a dejar.

Escuché silencio y luego escuché un suspiro.

—Cabra tonta, que me asustan—se rió.

Hablamos un ratito más y él seguía en el carrete así que le dije que nos veríamos el lunes en el colegio.

*********

El fin de semana se me pasó volando y no me di ni cuenta que ya estaba yendo al colegio. Miré la hora y eran las siete y media, así que voy bien en la hora.

Una paja enorme tomar la micro, por eso me levanto más temprano; para irme caminando. Aunque me violen no me importa, ah.

Me tiraron la mochila y mi corazón llegó a saltar hasta mi garganta. Luego me di cuenta que me estaban huebiando.

¿Me están huebiando?.

—Hola—saludé media dormida aún—¿cómo está?.

—Bien, muerto de sueño—dijo y me causó ternura—¿y tú, cómo estás?.

—Bien también—sonreí—pensé que se venía en auto.

—Ah sí, pero le presté el auto a mi hermano por esta semana.

¿Y el hermano está igual de rico que tú?.

—Ah ya, entiendo.

—Oye, la profesora de inglés está con licencia como mínimo por un mes más...

Qué bueno, podré seguir observándote ah.

—Y a mí me aburren las clases como las que hacía ella, con respeto sí—dijo y me reí—me gustan que sean más entretenidas, y didácticas. ¿Me entiendes?.

—Sí, obvio—hablé—pero, ¿qué piensa hacer?.

—Tutéame cuando estemos fuera del colegio—me miró—es mejor.

—Bueno, ya que insistís—me reí.

—Aunque, sé que a los que no les gusta el inglés, obviamente la van a encontrar aburrida.

¡Wena, profe!Where stories live. Discover now