siete

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Acepté más feliz que perro con dos colas, pero aún me quedaban horas en el colegio así que tengo que aguantarme muchas horas más. Me fui a la sala y el Javier estaba solo, metido en el celular y cuando me vio se paró.

—¿Qué pasó?—preguntó con preocupación.

—Nos suspendieron, a las dos, pero a ella por tres días y a mí por dos—sonreí—oye, cacha que me voy a juntar con el profe.

Me quedó mirando y luego sonrió de lado.

—Sólo traten de que no los vean, porque sabes cómo son aquí... colegio chico, infierno grande—hizo una mueca—y... ¿dónde van a salir?.

-No sé, sólo me dijo que le dijera sí o no—me encogí de hombros—ojalá me viole, ah.

Se rió y negó con la cabeza.

—Estás loca, cabra chica—dijo mirándome con una sonrisa.

—I know, honey—le sonreí de vuelta—oye, ¿cuánto nos falta por terminar esa hueá de la obra de inglés?.

—Poco, igual aunque no la terminemos el profe te dará otra chance porque le gustai—dijo serio.

—No seas así, sí no le gusto—me reí—mi único hombre eres tú y mi padre. Ah, y el renacuajo de mi hermano. Gracias por defenderme hoy—agradecí y lo abracé.

—De nada, no voy a dejar que te pasen a llevar. No te lo mereces—me hizo cariño en  la cabeza y luego me soltó para ir a sentarse y yo me senté al lado de él.

Entraron unas minas que eran amigas de la Renata, y me miraron de arriba hacia abajo y viceversa. Que ganas de sacarles la conchesumare...

— ¿Qué me miran así? ¿La Renata se lo ordenó?—pregunté.

Yo no me voy a prestar pa' su huebeo, así que no me quedaré callada.

—No, ¿por?—preguntó una hueona morena, con el hocico pintado rosado y el pelo rubio.

—Ah, no sé po... como ustedes son sus perkines, pregunto no más po—le sonreí el Javier me miró de reojo con una sonrisa.

Las hueonas se sentaron en sus puestos y empezaron a llegar todos. No me había dado cuenta que ya habían tocado para la siguiente clases, pero al menos falta menos para poder salir de clases y juntarme con el profesor.

——————

Con el Javier subimos a la sala a penas tocaron el último timbre, por fin un clase que me gustaba; inglés. Aunque me gusta más el profe, ah. Abrí mi mochila y empecé a buscar mi cuaderno de inglés, pero no estaba... yo hice mi mochila ayer, cosa que nunca hago, por eso me acuerdo.

—Javier, ¿has visto mi cuaderno de inglés?—pregunté viendo debajo de las rejillas.

—No, ¿cómo es?—preguntó.

—De Justin—sonreí—sale sin polera.

Se rió y empezó a ayudarme para encontrarlo.

—No sé quién fue el o la chistosita...—dijo sacándolo del basurero.

Qué hijos de puta son algunas personas, no se cansan. Puede ser realmente estúpido, pero igual uno no se siente bien cuando tiran tus cosas al basurero. Hice una mueca y traté de calmarme, igual me dio lata, si son mis cosas y no deberían porqué meterse con ellas y mucho menos botarlas al basurero. Me paré delante de la puerta, dándole la espalda a cualquier hueón que llegara y empecé a ver si había algo ahí; efectivamente habían escrito cosas. Decían cosas como: "pasa pack" "puta" "maraca" "chupa pico del profe" "te haces la hueona no más", y cosas peores.

¡Wena, profe!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora