cinco

8.2K 600 299
                                    

—No, mamá. Esa mina está loca—dejé mi mochila al lado de ella y negó con la cabeza—¿le vas a creer a ella?.

—Me dijo que te vio con él el otro día en Bellavista, cuando se supone que ibas a salir con el Javier—dijo aún más enojá.

—Mamá, fue una coincidencia. No sé porqué esa mina siempre se mete en cosas e inventa cahuines—le respondí—aparte, ¿qué tiene si salgo con el profesor?.

Invoqué la furia del toro.

—Ni en broma me digas eso, si me llego a enterar de que eso se hace realidad, te cambio de colegio y denuncio a ese profesor.

Negué con la cabeza y subí a mi pieza. Lo que me da rabia es que le crea a la otra hueona, que en su vida ha visto. Lo del profe me da lo mismo, por mas mino que sea, hay que ser realistas y yo con él nunca estaremos juntos. Pero, ¿que desconfíe de mí? siendo que yo siempre le he contado todo...

Empecé a escuchar música y me estaba quedando dormida pero luego mi mamá entró a mi pieza, más calmada y me hizo un cariño en la pierna.

—Cuéntame tu versión, perdón por no dejarte hablar, hija—habló.

Me acomodé al lado de ella, y le conté todo lo que pasó y el porqué de que la rata me vio con el profe el viernes en la noche.

—Ya, perdóname guagua—dijo.

—Aparte mamá, el profe es muy buena onda, me hace reir harto, cosa que con mis compañeros no hago, excepto el Javier, que es mi mejor amigo—hice una mueca.

—Qué bueno-sonrió—¿es joven?.

—No, no lo sé—mentí para que no me preguntara más.

--------------

Ya era jueves y falté porque no me sentía muy bien, me dolía todo el cuerpo, pero no he faltado ningún día así que puedo faltar sin tener preocupación

Probablemente mañana llegue al colegio y tenga como mil pruebas y mil tareas. Porque yeta se nace.

Miré la hora y eran las doce. Entró mi mamá.

—Hija, tengo que hablar contigo—dijo con sus ojitos llorosos—con tu papá nos separamos y se va a ir hoy de la casa.

Sentí una pena enorme, pero más por mi mamá. Ya que es mi papá, lo seguiré viendo y siempre estaré en comunicación, pero mi mamá no. Sólo pude abrazarla y decirle que tranquila porque no está sola. Me tiene a mí y a mi hermano, y obviamente a la familia.

Esperamos que mi hermano menor llegara del colegio para poder almorzar, y él pensó lo mismo que yo.

Para despejarme decidí salir a un parque, y también aproveche que hoy los hueones del colegio salían después de las cinco, y así no me topo con ninguno. Igual me da lata lo que pasó con mi familia, si igual a pesar de todo eramos felices, pero... así es la vida y no todo es color rosa.

Me senté sola, solín, solita en una banca desocupada, ya que todos estaban con sus parejas y no sería tan sinvergüenza pata sentarme al lado de ellos y tocar el violín. Al frente mío había un edificio y me quedé pegada pensando. Como andaba media sad con el tema se me salió una lágrima pero rápidamente me la sequé.

Vi a un hombre que venía saliendo y al darme cuenta quién era me paré rápido y traté de que no me viera, empecé a caminar y escuché que dijo mi nombre.

—Wena, ¿cómo andamio?—pregunté tratando de eliminar mi cara de poto.

—Bien, ¿tú?, te ves mal, ¿te pasó algo?—preguntó con preocupación.

¡Wena, profe!Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu