diez

7.8K 572 418
                                    

—Sí, Alex—sonrió—un gusto.

—El gusto es mío—sonrió mi mamá—esta niñita me habla todos los días de usted•dijo mi mamá el profe me miró con una sonrisa, QUE LA TIERRA ME TRAGUE—¿cómo ha ido en las notas?,

—Súper, seca pal inglés la Ignacia—sonrió—ahora verá sus notas.

—Uy, verdad—dijo mi mamá—ya, chao profesor.

—Adiós.

Me quedé callada mirándolo y el sólo negó con la cabeza y esbozó una sonrisa. Yo estaba media sonrojá por las hueás que le había dicho mi mamá. Si pudiera retroceder el tiempo, no nazco.

—Así que hablas de mí todos los días-se rió y me tapé la cara con las manos—¿querís ir a tomar un helado?

Lo miré con una sonrisa y asentí con la cabeza. Él salió primero del colegio y después yo, para que las viejas sapas no anduvieran chismeando por ahí, si total es sólo un helado. Cuando ya había salido del colegio nos juntamos.

—¿Hija?—escuché a mi papá.

Conchetumare, verdad que mi papá había empezado a trabajar aquí. Aunque no sé qué hace afuera si debería estar adentro.

—Hola pa—dije y el Alex me miró con cara de no entender nada, pero se veía tranquilo.

Pa mí que por dentro se quería cortar la pichula.

—¿Alex?—dijo mi papá ignorando mi saludo completamente cuando se dio cuenta que el profe estaba conmigo.

—Hola Marcelo—dijo y estrecharon las manos.

—¿Qué hacen juntos?.

—Estábamos hablando de las notas, e iríamos a comprar un helado—respondí y el Alex me hizo un apretón de mano sin que mi papá se diera cuenta.

—Sí, aparte la mamá me pidió que la sacara del colegio para que no se aburriera—mintió y mi papá asintió con la cabeza. Luego sonrió y se calmó.

—Ah bueno, iré al colegio que tengo que resolver algunas cosas y así me voy a la casa.

Se despidió y cuando mi papá se fue, esperamos a que entrara al colegio y con el Alex nos empezamos a reir.

—No tenía idea de que él era tu papá—dijo empezando a caminar—el otro día estuve como dos horas hablando con él, y me había mencionado que tenía una hija, pero no pensé que eras tú.

—¿Qué? no me digai que ahora vai a ser amigo de mi papá po, ahí sí que me matan, y también te matan a ti—me reí y el Alex me miró con confusión.

—¿Tan malo es que tú y yo nos conozcamos o seamos amigos?.

—No, no... no, no quería que lo malinterpretaras. Pero al menos mi papá es muy celoso, ¿cachai? y a veces es medio machista.

—Ah... qué lata—hizo una mueca y llegamos al negocio—bueno, seremos amigos a escondidas-se rió y le sonreí.

Alguien que me diga por qué este hueón es tan mino.

—Sí po, a escondidas no más, no queda otra... aunque así ha sido desde que hemos empezado a hablar.

Compramos los helados y esta vez me rajé yo, ya que siempre es él. Poco más lo amenazo para que me deje comprar a mí.

—¿Cuándo cumples los dieciocho?—preguntó mientras abría el helado y caminábamos a una plaza que estaba al frente del negocio.

—Falta caleta, sí cumplí los diecisiete unos días antes de que tú llegaras.

¡Wena, profe!Where stories live. Discover now