dieciocho

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Narra Alex.

Desperté y vi que estaba todo claro, me levanté de un golpe porque lo más probable es que me haya quedado raja. Miré la hora y eran un cuarto pa las ocho. Puta la hueá, adiós trabajo, adiós carrera, adiós todo.

Me metí a la ducha y me bañé lo más rápido que pude, hacía más frío que la cresta eso sí. Cuando salí me vestí y me fui, tuve que irme en el auto porque o sino llego más tarde. Igual a primera hora no me toca con ningún curso, pero si entro a las ocho, tengo que llegar a las ocho, me dan lata las personas impuntuales.

Llegué al colegio y la primera persona que veo es al papá de la Ignacia.

—Buenas noches, Alex—dijo riendo—¿qué pasó?

—Hola, nada... un pequeño problema.

Me quedé raja.

—Entiendo, no pasa nada... ¿has pensado en que nos juntemos? Tengo una actividad en mente que depende de ti, porque la directora ya me autorizó.

—Eh... ¿en serio?

¿En qué hueá voy a tener tanta autoridad? Sí soy practicante no más.

—Sí, ¿te tinca salir hoy tipo ocho? Es que antes no puedo.

—Ya, dale... ahí nos coordinamos mejor—sonreí y él asintió—de ahí nos vemos.

Salí y me dirigí a la sala de profesores en donde no había nadie, así que me quedé viendo el mega, luego me metí a mi celular. Tenía como cinco mensajes de la Igna.

Igna:

alex alex alex

07:15

hoy sácame de ed. Física

07:15

serías mi salvación

07:15

hago lo que tu querai, te pago 100 200 lucas

07:15

:c<3

07:15

Sonreí y me paré para ver el horario de tercero medio. Lo malo es que no sé qué hueá podría inventar para que esté conmigo, sí tampoco es tan fácil.

—¿Por qué la sonrisita? —preguntó la parvularia, que no recuerdo su nombre. Mi memoria es demasiado mala.

—Nada—le sonreí y bloqueé el celular.

—¿Una personita por ahí?

Sí.

—No, no—me reí falsamente.

—¿Y no hay nadie por ahí? —preguntó y se sentó al frente mío.

—¿Por qué la pregunta?

—Curiosidad, ¿cuántos años tienes? —preguntó y sonrió. No sé si me paso rollos o está siendo muy coqueta.

—Veintitrés—le respondí—¿y tú?

—Veintidós—se tocó el pelo— andamos por ahí no más. ¿Me dai tu número?

—Ya después, no me lo sé y se me acaba de descargar el celular—miré el celu y de verdad se me había descargado, al parecer lo dejé mal conectado en la noche.

¿Seré hueón?

—Ya, te doy el mío entonces y nos ponemos de acuerdo pa salir un ratito po... sí salirse un poco de la rutina no le hace mal a nadie.

¡Wena, profe!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora