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Querido Peter:
Te extraño. Solo han pasado cinco días, pero te echo de menos
como si hubieran pasado cinco años. Tal vez porque no sé si esto es el final, si tú y yo alguna vez hablaremos de nuevo. Quiero decir, estoy segura de que vamos a saludarnos en clase de química, o en los pasillos, pero ¿alguna vez volverá a ser como era? Eso es lo que me pone triste. Me sentía como si pudiera decirte cualquier cosa. Creo que tú te sentías de la misma manera. Espero que lo hayas hecho.
Así que... Ahora, solo voy a decirte todo, mientras todavía me siento valiente. Lo que pasó entre nosotros en el jacuzzi me asustó. Sé que se sintió como cualquier otro día en la vida de Peter para ti, pero para mí significó mucho más, y eso es lo que me asustó. No solo lo que la gente dijo sobre ello, y sobre mí, si no todo lo que ocurrió. Lo fácil que fue, lo mucho que me gustó. Me asusté y me desquité contigo, pero estoy verdaderamente arrepentida. Y en la fiesta del recital, siento no haberte defendido delante de Josh.
Debería haberlo hecho. Sé que te debía mucho. Te debía mucho y
más. Todavía no puedo creer que hayas venido, y que trajeras esas galletas de fruta. Te veías lindo en tu suéter, por cierto. No lo estoy diciendo para animarte. Lo digo en serio.
A veces me gustas tanto que no puedo soportarlo. Me llena internamente, todo el camino hasta el borde, y siento como si pudiera desbordarme. Me gustas tanto que no sé qué hacer. Mi corazón late muy rápido cuando sé que voy a verte de nuevo. Y luego, cuando me miras como lo haces, me siento como la chica más afortunada del mundo.
Esas cosas que dijo Josh acerca de ti, no eran ciertas. No me has derribado. Todo lo contrario. Me has levantado. Me diste mi primera historia de amor, Peter.

Por favor, simplemente no dejes que termine aún.

Con amor,
Lara Jean.

Siento mi pecho hincharse, cuando Lara jean escribe lo hace con el corazón y no puedo sentirme más afortunado de cada palabra que hay en la carta. La miro parada delante de mí, con una mueca atormentada.

—¿Por qué no ibas a darme esto? ¿Cómo es que ibas a marcharte sin más?

—Porque..., no sé..., no parecías muy contento de verme...

—¡A eso se le llama hacerse el duro! He estado esperando que me llamases, tontita. Y han pasado seis días.

—¡Oh! — Dice Lara jean, sus mejillas se sonrojan, me acerco a ella.

—Oh. —La imito y tiro de las solapas de su abrigo para acercarla a mí. Me observa los labios, después los ojos, su cuerpo está pegado al mío y ella no se aleja. —Así que... ¿Te sigo gustando? —Susurro.

—Sí. Bueno, más o menos — Murmura nerviosa.

Observo su rostro y sonrió de sus palabras. —¿Me crees que no le dije a la gente que tuvimos sexo en el viaje de esquí?

—Sí.

—Bien. ¿Ocurrió...? ¿Ocurrió algo entre Sanderson y tú después de que me marchase de tu casa?

Lara jean mira mi rostro y duda, no sé si estoy seguro de querer tener una escena de Sanderson y Lara jean registrada en mi mente. —Espera. No me lo cuentes. No quiero saberlo. —Digo cortándola.

—No —Responde, su voz suena segura y fuerte.

Siento el nudo de mi garganta bajar, me inclino más cerca de ella. Lara jean cierra los ojos, su respiración está agitada y sus mejillas tienen un color carmesí. Beso, su mejilla izquierda y después la derecha. Me quedo mirándola de cerca, su piel es muy suave.

Lara jean, abre los ojos y dice susurrando: —¿Qué haces?

—Crear expectación.

—Bésame de una vez —responde con urgencia.

Me acerco más a ella, miro sus labios y cierro los ojos y acaricio su mejilla con la mía. La puerta de casa se abre de golpe. Owen se queda plantado en la puerta con los brazos cruzados mirándonos.
Lara jean se separa de mí de un salto.
—Mamá quiere que entréis a tomar un poco de sidra —dice con una sonrisa burlona.

—Enseguida —respondo y jalo de nuevo a Lara jean para acercarla a mí.

—Ha dicho que ahora —insiste Owen.

Lara jean me mira asustada y dice —Debería irme antes de que mi padre empiece a preocuparse...

Le doy un empujóncito gentil y le señalo la puerta con la cabeza. —Entra un momento, y después té
llevo a casa.

Lara jean se quita el abrigo y la observo
incrédulo —¿De verdad pensabas regresar a casa andando con ese vestido de fiesta y con el frío que hace?

—No, iba a hacerte sentir culpable para que me llevases tú —susurra.

—¿Qué pasa con tu traje? —pregunta Owen.

—Es lo que llevan los coreanos el día de Año Nuevo —explica.

Mamá sale de la cocina con dos tasas calientes.
—Es deslumbrante. Estás preciosa. Qué colorido —dice mamá mirándola.

Los tres nos sentamos en la sala de estar y Owen escapa a la cocina.

—¿Qué tal la Navidad, Lara Jean? —Pregunta mamá.

Lara jean sostiene la tasa con ambas manos y sopla alejando el vapor. —Muy bien. Papá le compró un cachorro a mi hermana pequeña, y ahora nos peleamos para ver quién lo abraza. Y mi hermana mayor ha regresado de la
universidad, eso también ha estado bien. ¿Cómo le han ido a usted las fiestas, señora Kavinsky?

—Oh, bien. Tranquilas. Owen me compró estas zapatillas. —Responde señalando sus pies.

—¿Cómo fue la fiesta? ¿A tus hermanas les gustaron las galletas de pastel de fruta que preparó Peter? Honestamente, no las tolero.

Lara jean me mira perpleja. Miro mi móvil sin poner atención en él realmente, solo muevo la pantalla de un lado a otro sin buscar nada en realidad.

—Dijiste que las había hecho tu madre. —Dice para mí.

Mamá sonríe. —No, no, las hizo solo. Estaba muy decidido.

—! Sabían como basura! —grita Owen desde la cocina.

Mamá vuelve a reír, ambas se quedan en silencio, Su madre vuelve a reír. Siento la mirada de Lara jean sobre mí, pero lucho para no regresársela, esto es demasiado embarazoso.

—Me alegro de haberte visto, Lara Jean. —Para mí dice —Que no se le haga tarde, Peter.

—No. Vuelvo enseguida. Voy a buscar las llaves. Me levanto de un brinco y prácticamente corro a mi habitación.

Entro al baño rápidamente, acomodo mi cabello y cepillo mis dientes. Salimos de casa y conduzco en silencio, Lara jean se mantiene más callada de lo normal. Cuando paramos en la puerta de su casa, nos quedamos dentro del coche la calefacción. Todas las luces en la casa de Lara jean están encendidas.

Lara jean me mira y pregunta: —¿Le contaste a tu madre que habíamos roto?

—No. Porque no rompimos —Respondo.

—¿Ah, no?

—No, porque no estábamos juntos, ¿te acuerdas? —digo sonriendo.

Rodeo a Lara jean con mi brazo y la jalo hacia mí, sus ojos se abren de par en par y me observa.
—No te pongas nerviosa —digo. Lara jean se acerca a mí y me da un beso rápido, es como si una mariposa se detuviera en tu piel.

—Bésame como si me hubieses echado de menos —susurro.

—Te echaba de menos. Lo decía en la carta.

—Sí, pero...

Lara jean, me besa, abre sus labios y deja que mi lengua roce la suya hasta cansarse, sostiene mi rostro con sus manos y yo la jalo con mis brazos, estrechando su cuerpo contra el mío.

Pd. aun te amo - Peter kavinskyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora