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Estoy tumbado en mi cama con el ánimo por los suelos. Mi idea era escribirle una carta a lara jean, algo significativo pero no tan ñoño. Y en la hoja de papel no he podido pasar del "Querida lara jean" Soy patético.

He intentado buscar poemas en internet, algo de inspiración; pero eso solo ha logrado hundirme más en el fango. Mañana es el gran día y solo tengo el relicario. Mamá ha dicho que es suficiente, ella cree que regalarle joyería a una chica es ir en serio. Sé que papá le regalaba joyería en cada aniversario, y una cena romántica. Podría invitar a lara jean a cenar, pero debí hacerlo con tiempo, para esta hora todos los restaurantes de la ciudad deben estar llenos. Bajo a la sala y me encuentro a mamá dormida en el sofá, enroscada como si fuera un gato. Incluso ronca. Owen está sentado en el sillón de enfrente, mira la televisión con los ojos abiertos de par en par, por un programa de extraterrestres.

—San Valentín apesta. —Digo, y me dejo caer a su lado.

—¿La chinita te dejo? —Pregunta con una mueca entre divertida e incrédula.

—Su nombre es lara jean. —Espeto. Owen se encoge de hombros y regresa su mirada a la televisión. — No me dejo, mi problema es que no puedo escribir un tonto poema.

—Tú y tus problemas con los regalos... —Dice dejando escapar un suspiro. —Tu problema en realidad son las chicas. Mírame a mí, un chico soltero y sin problemas. —Dice orgulloso de si mismo.

Ignoro eso y explico: —Lara jean, es una chica de palabras, ella sin duda encontrara el relicario, como algo impersonal, solo una prenda de una tienda.

Owen pone los ojos en blanco y dice: —Bueno, podrías copiar un poema y personalizarlo. Tal vez no algo escrito por ti, pero si algún poema que se sienta como ella te hace sentir.

Lo miro y sonrió. —Últimamente eres muy sabio.

Owen levanta un dedo de advertencia y dice: —Últimamente no, siempre lo he sido.

Agito su cabello. Y regreso a mi habitación. Escojo un pequeño poema corto, y sencillo.

* * *

Llego demasiado temprano al colegio. De camino pensaba en comprar un ramo de rosas, pero las palabras de los chicos se quedaron en mi mente, un regalo demasiado común.

Me quedo en la cafetería, matando el tiempo. Hay algunos chicos ya en la escuela y todos sonríen al intercambiar presentes o abrazos amistosos. Reviso mi móvil y veo las fotos que han colgado los chicos en facebook. Nick ha grafiteado la casa de enfrente de su novia. Steve le compro un oso de tamaño real, a la chica que esta rondando. Justo estoy pensando en que esa idea es buena, fantaseo con lara jean sosteniendo un gran oso de peluche, cuando me dan una apretón en el hombro que me hace brincar.

—Me asustaste como la mierda. —Le digo a gen, que esta parada ahora a un lado de mi.

—Debe ser tu conciencia sucia. —Dice, y me da una sonrisa triste.

—¿Qué pasa? —Pregunto.

Gen niega con la cabeza y desvía su mirada para no enfrentar a la mía. Sus ojos se ponen llorosos y ella respira con dificultad para no llorar. Me pongo de pie y busco su mirada. — Puedes decirme. —Susurro.

—Le he dicho a mi abuela lo que está pasando, y ella cree que es mejor no decir nada. Ella cree que mamá es muy débil y que no lo soportara de nuevo.

Niego con la cabeza. —Ella no es débil, solo necesita saber que la apoyas.

—Es demasiado peter. ¿No se supone que una madre debería ver siempre por el bienestar de sus hijos? Es como si mamá se olvidara de que yo existo, su mundo solo gira alrededor de mi padre. —Dice y se le quiebra la voz.

Pd. aun te amo - Peter kavinskyWhere stories live. Discover now