Pd. aun te amo - Peter kavinsky

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Estoy metido de nuevo en el carro de gabe, con genevieve. No hablamos de nuestra ultima discusión, solo lo dejamos pasar. Y ahora que lo pienso, creo que esto siempre ha sido un problema entre nosotros, no resolver las cosas, solo ignorarlas como si no estuvieran ahí, acumulándose.

Gen esta recostada en el asiento del copiloto, tiene el cabello enredado, ojeras que reflejan que no ha dormido en días. En la escuela apenas la veo, ella solía adueñarse de la cafetería, pero ahora no se para ahí.

Miro la chaqueta en la que está metida, es como tres tallas más grande de la que ella usa, así que bien podría ser de su novio. Abro la boca para preguntarle, pero la cierro en el instante, es demasiado raro y no es de mi incumbencia.

—Ahí viene. —Susurra gen y se escurre aun mas en el asiento.

Me hundo lo mas que puedo, y ambos lo miramos salir con anna, se suben a su auto y se ponen en marcha. Aguardamos un par de minutos y salimos siguiéndolos. Tengo mucha precaución para no perder su auto. El padre de gen, suele conducir muy rápido pero en esta ocasión lo hace con lento. Conduzco por más de media hora, hacia la salida de la ciudad, al final de los suburbios. Lo vemos entrar en una calle cerrada, asi que aparco lejos de el, para que no parezcamos sospechosos. Lo vemos estacionarse en la entrada de una casa muy bonita. Es como una réplica de la casa de gen, solo que en otro color. Salen cogidos de la mano, Anna balancea su brazo jovialmente y la vemos soltar una carcajada.

Miro a gen, que los mira con odio. —¿Cuál es el plan? —Pregunto.

—Hablare con sus padres. —Responde. —Dudo que estén enterados que él es casado.

—¿Crees que estén ahí? —Pregunto señalando la casa.

Gen se encoge de hombros y levanta las manos para hacerse una cola de caballo. Puedo ver como los dedos le tiemblan.

—Creo que es una mala idea. —Digo. —Deberíamos volver, cuando ellos no estén aquí y seguir con el plan.

—No, acerquémonos un poco más. —Dice.

Me quedo quieto mirándola, creo que es una pésima idea, no podemos solo quedarnos mirándolos. No sé que tan frustrante está siendo todo esto para gen.

Ella me mira con sus ojos enormes y tristes. —Por favor. —susurra.

—Lo hare, pero tienes que prometer que no harás ninguna locura.

Ella asiente. Enciendo el auto y aparco unas casas antes, del lugar donde entraron. A lo lejos vemos a unos niños corriendo en el césped, mientras su padre los rocía con el agua de una manguera. Más cerca hay un chico lavando su auto y en la parte trasera hay una pareja de ancianos tomando el té.

—Este lugar es caro. —Murmura gen, comprobando el vecindario.

—¿Por qué anna iría a nuestra escuela si vive hasta aquí?

Gen niega con la cabeza y justo cuando creo que no responderá nada, dice frunciendo el ceño: —Estoy segura de que tomaba el autobús, y dudo que este, llegue hasta aquí.

—¿Qué mas recuerdas de ella? —Pregunto.

—Muy pocas cosas, ella fue como un fantasma. Se vestía mal, no tenía muchos amigos. Las chicas no la recuerdan tampoco. ¿Tu lo hacías, antes de esto?

—No. —Admito.

Gen suspira sonoramente: —son las peores, están ahí silenciosamente, esperado su turno y atacar. —Dice con malicia.