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El lunes en la clase de química, me siento en el lugar de siempre, delante de lara jean. No logro poner atención al señor Meyers, y se la pasa parloteando en toda la clase. Solo estoy quieto, mirando al frente, porque me siento expuesto.

Cuando la clase termina, todos guardan sus cosas y salen del salón rápidamente. Trago saliva y me preparo para lo que hare. Ayer por la noche decidí, que hablaría con covey, si no quiere perdonarme y volver conmigo está bien, pero su pongo que podemos quedar como amigos.

—Hola. —digo al darme la vuelta.

—Hola. —Responde y se me queda mirando perpleja. Supongo que le sorprende que tenga las pelotas, para volver a dirigirle la palabra. Me siento como el idiota más grande del mundo. ¿Qué esperaba? ¿Qué sonriera y se echara a mis brazos?

—Quiero que me devuelvas el collar —Suelto —Obviamente.

Lara jean levanta la mano y toca el relicario.

—Por supuesto —Responde, y busca el broche para quitárselo.

—No tienes que devolvérmelo ahora mismo. —Lara jean se detiene y me mira. —Pero me lo llevaré. —Digo.

Covey empieza de nuevo a luchar con el broche del collar, lo hace por varios minutos, tan lento que parece una eternidad, y yo no podría sentirme más enojado e imbécil. Quiero retirar lo que dije, decirle que lo lamento, que ella es la única chica que me importa, pero no podría soportar su rechazo. Ahora de pie, frente a ella, me derrumbaría.

Trago el nudo que tengo en la garganta y me acerco a covey, mi corazón esta tan alocado, arrimo su cabello a un lado para tener acceso a su cuello, y no puedo evitar oler su aroma a coco. Cuando logro quitárselo, ninguno dice nada, solo nos alejamos y ya. Como desconocidos, como si no me estuviera muriendo por dentro.


* * *

Cuando la escuela termina, me siento harto. Solo han pasado unas cuantas horas, pero se siente como si fueran días. A la hora del almuerzo, lara jean no se apareció en la cafetería, y nadie tomo su lugar, solo quedo el espacio vacío. Como enfatizando mi situación.

Gabe me dijo que debería darle tiempo a que las cosas se relajen. Hablar con gen y explicarle porque le he contado a lara jean la situación sobre su problema actual.
Darrell dice que debería portarme a la altura de la situación y hacer algo romántico he intrépido, algo que demuestre mi amor. Después Gabe le recordó como acabo su última demostración de amor y dejamos el tema.
Yo creo que debería hacer parte de ambas, hacer algo que sea romántico como a covey le gustaría pero que lleve mi sello. El problema es que justo en este momento no me siento como yo mismo, y no tengo más que ideas deprimentes.

Gen esta recargada en mi auto, cuando llego al estacionamiento. Me mira con los ojos enormes y preocupados.

—Hola. —Dice.

Abro la puerta y tiro mi mochila de mala gana, verla me hace rabiar. —¿Qué pasa? —Digo, dándole una mirada por encima del techo de mi auto.

Gen frunce el ceño. —¿Qué tienes? —Pregunta.

Niego con la cabeza. —Nada, todo está de puta madre. —Respondo y me meto al auto.

Gen no espera invitación, solo abre la puerta y se mete en el asiento de copiloto. Me le quedo mirando, esperando que diga algo, pero nada. Solo mira hacia el frente molesta.

Enciendo el motor y salgo tan a prisa que el auto derrapa ruidosamente.

Cuando aparco en la acera de gen, ella explota. —No sé qué mierda, se te ha metido; pero no tienes que ser un imbécil.

Pongo los ojos en blanco, porque esto es justo lo que sabía que pasaría. —¿No sabes lo que se me ha metido? —Grito. Gen da un respingo. —Pues nada, que lara jean me ha votado, porque cree que tú y yo nos la pasamos tonteando. —Grito.

—Eso la hace una imbécil a ella, no a mí. —Chilla.

—¿Una imbécil? Pero si es tu culpa, que haya tanta tensión entre ambas. Publicaste un video que nos jodio a ambos. ¿Cómo te defiendo de eso?

—No necesito que me defiendas de ella, no me interesa lo que piense.

—¡Pero a mi si! —Grito. Restriego mi cara con ambas manos. —Carajo, no me puedo defender, porque si lo hago seria traicionarte y no quiero esa culpa sobre mis hombros.

Gen aprieta fuertemente sus manos. —¿Qué necesitas entonces? ¿Qué grite a viento abierto que mi padre es un hijo de puta y nos abandonó?

Dejo escapar un suspiro cansado. —No lo entiendes.

Ambos nos quedamos callados, unos segundos.

—Tienes razón, no lo entiendo. —Susurra. —No entiendo, como puedes ponerte tan mal por ella. —Lo dice tranquilamente y después sale del auto...

Pd. aun te amo - Peter kavinskyTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang