Capítulo 12

7.5K 125 2
                                    

Esta nueva actitud de Ángela me tenía muy desconcertada, jamás pensé que ella fuera tan... ¿cómo sería la palabra?... Intensa? No sabía cómo irían las cosas desde ahora. ¿Fingiría que nada paso? O ¿querría intentarlo de nuevo? Pero ya no quería pensar eso, quería distraerme.

Salí de la ducha y me senté en la punta de la cama, así, toda mojada, me encanta ducharme y sentir ese frío que provoca la brisa cuando roza mi piel mojada, ver como cada gota se seca o simplemente se escurre lentamente por mi piel hasta desvanecerse. Siempre imagino en estas situaciones que alguien sale de la nada, así, como en una película, solo invocado por mis pensamientos, que llega solo para complacerme y dejarme tendida en la cama y muy exhausta luego de una gran ronda de placer y orgasmos. Solo de pensar en ese "Alguien" y en como besa esas gotas y acaricia mi piel, deslizando sus dedos por mi cuerpo, lo siento tan real.
Siento tan real esas manos que con dulzura llenan de caricias cada tecla de mi cuerpo, como un maestro acaricia las suaves teclas de un piano para convocar una hermosa y suave melodía.

Dichos pensamientos llenaron mi mente de deseo y el calor de mi cuerpo empezó a aumentar.

Me acomode en la cama, acaricie mi cuello como los dedos a las teclas, agudice mi sentido del tacto, e imagine que mis dedos tocan otra piel, y no una cualquiera, la piel de Miranda, las yemas de mis dedos se deslizan con agilidad por mi cuello, haciéndome sentir ciertas cosquillas y aumentando mi placer, moví el pulgar por mis mejillas lentamente, tomándome el tiempo de acariciar y sentir cada milímetro de piel hasta llegar a mis labios, chupe mi pulgar con frenesí y luego lo pase seductoramente por mis labios.

Mientras unos dedos se diviertan jugando en mi boca,  otros, lentamente acarician los alrededores de mi pezón, haciendo crecer cada vez mi excitación, ese puro sentimiento de lujuria, de querer más, de saciar las ganas a como fuera lugar, dirijo toda mi atención a mis pezones, mojo mis dedos un poco con mi lengua para hacerlo más interesante y los pellizco con más fuerza, estos van respondiendo a mis caricias y tornándose duros y firmes, pongo 2 almohadas debajo de mi cabeza y llevo mi pezón a mis labios, deslice mi lengua por mi pezón, lo lamí con tantas ganas. Estoy muy excitada.

Cambié de pezón, pero esta vez me tomé mi tiempo, mi lengua se deleita sintiendo ese pezón tan duro, apenas se movía cuando mi lengua lo soba, lo mordí despacio imaginando los ricos pezones de Miranda, paso mi lengua por los lados una y otra vez, tracé pequeños círculos, para luego mamarlo con todas mi fuerzas, mordía, lo metía en mi boca nuevamente y lo volvía a devorar con mi lengua. Lo chupo con ganas, con mucho deseo, mi grado de excitación era tal, que ya sentía todo mi sexo empapado y grita por atención, así que, suavemente deslice mis dedos por mi abdomen y estos se humedecían por las gotas de agua que aún quedaban en mi piel, llegue a mi sexo y aunque me sentía arder quería que las cosas fueran lentas, quería disfrutarlo, sentirlo, pase mis dedos muy cerca de mi clítoris, y varios gemidos salieron de mi boca, estoy empapada de mis jugos, sin mencionar que emana un color muy rico.

Pase mi dedo índice lentamente iniciando desde mi monte de venus hasta llegar a mi entrada y en ese recorrido que hacia mi dedo de manera muy lenta sentí el paraíso, todo mi cuerpo se estremeció al grado que creí que me corría, arqueé mi espalda y mi coñito sin duda pidió más.

Agarre con fuerza mi pezón entre mi boca, y mi dedo se fue directo a mi clítoris, estaba tan sensible que con solo rozarlo unas veces, sabía que me correría, separe mis piernas para tener mejor acceso, lo acaricie lentamente, aunque todo mi cuerpo pedía a gritos que acelerara pero controlo las ganas y lo hago despacio, es como si estuviera torturarme, pero lo disfruto muchísimo, aumento de apoco el ritmo y los gemidos de mis labios llenaron toda la habitación. Solo pienso en Miranda, la imagino chupándome bien rico, metiendo su lengua dentro mi coño , apretando mis pechos, pellizcando mis pezones, mordiendo mi cuello, jugando con mi lengua. La deseo tanto. De solo imaginarla abajada con su lengua entre mi sexo me pone mucho, mis jugos empezaron a salir empapando mi dedo ese simple pensamiento me hace sentir cosas inexplicables, mi cuerpo grita por más, así que lo complací, moví mi dedo un poco más rápido y sentí venir ese orgasmo tan anhelado y deseado, me retorcí en la cama por el placer y me corrí con el nombre de Miranda en mis labios.

Tengo que hacer mía esa mujer algún día.






---------------------------------------------------------
Si te gustó, no olvides votar.
Y
Gracias por leer :)



Una virgen adicta al sexoWhere stories live. Discover now