Capítulo 17

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Llegue a la heladería y pedí un sándwich de helado, era uno de mis favoritos, le pague a la chica y me senté en la mesa que estaba frente al cristal de la calle. Por suerte no traía mi uniforme, para salir nos dejaban cambiar de ropa.

Empecé a observar a la gente, todo el mundo pasaba concentrado en sus cosas. Muchos casi corrían, símbolo de que muy posible fueran tarde hacia algún lugar, otros pasaban pendiente a sus teléfonos, otros conversando con la persona a su lado y otros simplemente pisaban hormigas para no llegar.

La forma de vestir de cada uno era tan diferente, cada quien se vestía de cuerdo a su personalidad, era fácil distinguir quien era presumido o tímido, las personas tendemos a mostrar cómo somos mediante  nuestra ropa, aunque lo hacemos de manera involuntaria, ¿nunca les ha pasado que te regalan una blusa o estas en la tienda y alguien te dice que esa blusa o esa prenda se parece a ti.? Sucede justo por eso.

Estaba a mitad de mi helado, cuando observe una chica al otro lado de la calle, tenía el pelo totalmente de un color verde azulado, lo tenía ondulado y lo traía por los hombros. Su piel era de tez clara, un poco alta, sus ejas finas y pintadas, ojos marrones, un pequeño piercing en su nariz con forma de diamante, traía unos jeans rasgados en la rodilla, tenis, una franela negra y sobre la franela un chaleco sin manga con muchas estampidas y uno que otro tatuaje en los dedos. Estaba parada justo del otro lado escribiendo algo en su celular recostada en la pared.

Nunca había visto una chica con el pelo de ese color, se le veía muy bien. Me quede observándola un rato y cuando se percato que alguien la miraba levanto la vista de su celular y sus ojos se posaron en los míos, nos veíamos fijante y un escalofrió recorrió mi cuerpo, no sabía si sonreírle o solo finjir que la mire sin querer.

Pero al parezer, ella tenia otros planes, sin dejar de mirarme se paró en la orilla de la calle y se posiciono para cruzar, dejo el contacto de mis ojos para visualizar si podía hacerlo, todo mi cuerpo se tensó al ver que tenía intenciones de venir a la heladería.

Al cruzar, se detuvo a charlar con un chico, no podía verlos bien y solo podía escuchar a medias lo que decían. Ella le comentaba algo del trabajo, le decía que debía llegar temprano porque se pasaría inventario.

Ambos entraron a la heladería y de inmediato sentí sus ojo buscar los míos, pero yo decidi mirar mi celular, solo entraba y salía del menú, lo sé, es estúpido, pero debía disimular.

Se sentaron frente a mí, el chico me daba la espada y ella quedo de frente. Ahora su mirada había cambiado, me veía divertida, el chico hablaba sin parar y ella apenas le prestaba atención, estaba totalmente mirándome, levante la vista y nuevamente nuestros ojos se engancharon, tomo su helado y lo elevo unos centimetros en símbolo de brindarme un poco, yo le sonreí y le mostré el mío o lo que quedaba de él.

Minutos despues me señalo el baño con la cabeza y yo asentí, en todo ese tiempo nuestra mirada Seguía fija, una sobre la otra.  De inmediato ella se disculpó con el chico y fue al baño. Entonces comprendí lo que ella quería. Supongo que algo de diversión anticipada no cae mal. Me pare de la mesa, y me dirigí al baño.

Al entrar ella me sorprendió al pegarme de la pared, se pegó muy bien a mi cuerpo y extendió la mano para ponerle seguro a la puerta. Regreso su mano a mi cadera y con su pie separo mis piernas y paso lentamente su rodilla por mi coño provocando una rica sensación.

-Hola –Su vos era tan sexy

-Hola

Pego sus labios a los míos y me beso con fuerza, podía sentir las ganas que traía, enrede mis manos a ese pelo verde azulado y lo jale un poco para tener acceso a su cuello, ella no se resistió, deje sus labios y baje justo donde se sienten los latidos, chupe y bese, pasando mi lengua entre cada beso o chupada, decidí descender hasta la base de sus pechos y escuche como salió un pequeño gemido de su boca, solté su cabello y puse mi manos en sus nalgas, las apreté con fuerza y me pegue bien a su cadera, ella tomo mi rostro y volvió a besarme.

Las cosas se estabas subiendo de tono, metí mis manos por su franela y toque sus pechos por encima del sostén, ella gimió en mis labios, estaba mordiendo y jalando mis labios con tanta fuerza que podía sentir que estaban hinchados.

Ahora fue el turno de ella, descendió despacio hasta mi cuello y empezó a darme pequeñas mordidas, sus manos viajaban inquieta por todo mi cuerpo, como si no supiera donde detenerse, como si no supiera por dónde empezar a tocar y comer, se detuvieron en mi cuello y removió mi cabello para besarme mejor, A pesar de comerme los labios como una fiera, se estaba tomando su tiempo en mi cuello, me chupaba bien despacio, pasaba su lengua muy lento y luego succionaba, me estaba torturando, pero debo reconocer que era una tortura muy dulce, mis gemidos no se hicieron esperar, ella se apartó un poco de mí y se quedó mirándome fijamente, volvió a besarme los labios pero esta vez bien despacio, disfrutando cada mordida que me daba, nos quedamos así un rato, disfrutando la una de la otra.

Al cabo de no sé cuánto tiempo tocaron la puerta.

-Isabella, ¿Estás bien?, tienes mucho rato ahí

A pesar de haber escuchado que el chico con el que estaba la llamaba, no le dio importancia y siguió besando mis labios.

- Isabella!!

Me despegue un poco de ella y le hize señas de que respondiera.

-Estoy bien Max, pero estoy ocupada. Nos vemos después.

-Segura

-Si, nos vemos luego.

Sentí como el chico se alejó de la puerta y ella intento volver a mis labios pero se lo impedí.

-¿Quien es?

- No es importante

-¿Con que Isabella? Eh

-Si, así me dicen.

-Lindo nombre

-Gracias

Volvió a atrapar mis labios y esta vez su lengua estaba jugando muy divertida con la mía, levante su sostén y acaricie sus pezones con mis pulgares, moje mis dedos y los volví a llevar a sus pechos y sentí como se endurecieron al instante con el contacto. Baje mi boca lentamente y atrape uno de sus pechos. Chupaba y jalaba, mordía y besaba su pezón.

Pase a su otro ceno y empeze, delineando toda su aureola con mi lengua, estaba disfrutando tanto chupar sus pechos, eran pequeños pero aun así su sabor era exquisito.

Mire mi reloj de reojo y literalmente salte

-MIERDA!!!, me tengo que ir, es tarde.

-¿Que pasa?, ¿ Por qué te tienes que ir?

-Hace media hora debía ir a buscar algo.

Acomode su sostén nuevamente, le di un beso rápido y sali corriendo, ¿en que momento pasaron 2 horas?.

Cuando iba por la puerta, Isabella me jalo del brazo y me paso su número.

-Llámame

-Claro.

Le sonreí y salí de inmediato a buscar las telas y manteles. Solo deseo no toparme de nuevo con ese patán musculoso. Sería el colmo de las desgracias.





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Dedicado a @MariCorralesR
Por su gran insistencia para que actualizara. Tkm pervertida sin causa. ❤❤

Una virgen adicta al sexoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora