C6: Mi otra mitad

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Sharon, la madrastra de Valentina, convence a su esposo para que así su hijastra no viaje al extranjero junto a Michael. Sabía que si la pequeña rubia de ojos azules se iba al extranjero, su hija no tendría oportunidad alguna, de conquistar al heredero Ronda.

— No papá yo quiero ir — lloraba y hablaba con la voz quebrada.

— Tienes que entenderlo Valu, podrás irte a estudiar después — respondió Rafael con la mirada triste, pues le duele ver a su hija llorar de esa forma, más aún cuando él sabía las ganas que tenía de estudiar en el extranjero y más aun con Michael, aquél amigo de la infancia.

— ¡Papá! — volvía a insistir la niña de ojos azules, los cuales no dejaba de caer lágrimas — por favor...

— Valentina yo sé que tu padre lo ha pensado mucho y no puedo estar más de acuerdo con él — dice Victoria, quién se encontraba junto a su hijo, Michael.

— ¿Y me dirás por qué? — preguntó Valentina, no podía entender como su padre pudo cambiar de opinión, si él estaba de acuerdo.

— No has estado bien de salud y es demasiado pronto — le respondió su padre — hija por favor...

— Papá ya me siento bien, dejame ir por favor — volvía a insistir la rubia entre lágrimas.

— Además tienes que recordar que ahora tienes una nueva familia — Valentina baja la cabeza al escuchar eso. ¿Podría considerar su familia ha personas que no la quieren? — si te vas al extranjero, al regresar en unos años te sentirás como una extraña al volver a casa. El que te vayas a estudiar y Karol junto a Agustín se queden, no parece una buena idea.

— ¡Papá! ¡Por favor! Tú estabas de acuerdo en todo. Por favor papá...

— Por favor haz lo que te diga en esta ocasión, la secundaria la cursaras aquí.

— ¡Papá!

— Además me sentiré mucho mejor teniéndote conmigo.

— Por favor...

— ¡Valentina! — pegó un pequeño grito Rafael, a lo que la rubia dejó de insistir y salió corriendo de ahí.
Michael no dudó en seguirla, muy a pesar de los gritos de su madre.

...

Michael

No me gusta verla así.
Me duele tanto verla llorar.
Me le acerqué y de pronto ya la tengo en mis brazos. Escondió su pequeña naricita en el hoyo de mi cuello y luego sentí como sus lágrimas me mojaban. La tenía conmigo, en mis brazos y sin poder calmar su llanto. Al contrario, yo también empecé a sollozar, pues me esperan cinco largos años, sin ella.  ¿Qué haré ahora sin ella? Mi corazón duele con el hecho  de que nos tendremos que separar por un largo tiempo. Duele en saber que ya no podré seguir creciendo junto a ella. Duele en saber que ya no haremos, las tantas cosas que planificamos juntos. Se suponía que íbamos a ir a estudiar juntos, estar juntos, crecer juntos pero ahora todo cambió...si ella me pide quedarme tenganlo por seguro que no lo dudaría un segundo. Yo quiero estar con ella, quiero estar a su lado, protegerla y amarla porque algo nace en mí cuando apenas miro sus ojos. No sé muy bien si lo que siento por ella es amor, talvez porque aún soy muy chico para saberlo.

Luego de un largo tiempo de llorar, se aparta con suavidad de mi lado y me regala una sonrisa...y me doy cuenta que ya no es la misma, aunque ella finja alegría, lo que mis ojos ven, es tristeza.
Se pone de pie y camina hasta al carrusel para luego subirse en uno de los caballitos. Este en cuestión de segundos, empezó a dar vueltas. Y ahí estaba yo, viendo a la niña que me gusta con su mirada triste, con los ojitos llorosos y los cabellos desordenados.
Ella iba girando en el carrusel y yo veía todos los años que nos esperaban...todos esos años lejos de ella. ¿Podré soportarlo? Estoy seguro que no...pero si ella me pide quedarme, repito, no lo pienso ni un segundo.

- ESCALERA AL CIELO -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora