C47: ¿Amigos o Amantes?

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Valentina

Caminaba por las calles, mientras sobaba mis brazos porque sentía mucho frío. Pues era obvio, ya que serán como las dos de la madrugada. No tenía sueño, lo único que quería hacer, era desaparecer. Huir a alguna parte del mundo donde nadie pueda encontrarme...



















Yo tengo miedo de que desaparezcas.

¿Qué pasaría si así es?

Te buscaría.

¿Y si no me encuentras?

Te buscaría hasta encontrarte.













Ni siquiera tú Michael.

Trato de no llorar y decido sentarme en una banca que había por ahí.

¡Rayos! ¡Hace mucho frío!

Estaba tan sumergida en mis pensamientos, cuando de pronto escucho el motor de un auto apagarse. Levanto la mirada y veo a Michael en su auto. No dice nada pero por la forma en que me mira pude deducir lo que quiere. ¡Pero ni piense que lo haré! Frunzo el ceño, dejo de mirarlo, me levanto y comienzo a caminar hacia quién sabe donde pero con el claro objetivo de alejarme de él.
Enciende el auto y comienza a seguirme. ¡Mierda!
Dejo de caminar y su carro deja de andar. Giro mis talones y camino con mucho más rápido pero de nuevo me siguió con el maldito auto. Vuelvo a girar y esta vez prácticamente corro pero era imposible querer escapar, ya que igual me alcanzaba con su maldito auto.

— ¡Déjate ya de jueguitos y sube! — grita.

No le hago caso y corro nuevamente pero el de nuevo me alcanza con el auto.

¡Okey! Me rindo.

Lo veo bajar del auto, camina hacia mí y ahí pude ver que estaba un poco molesto.

— ¿Quieres que me pongan una multa?

Qué descarado.

— ¿Entonces para que me sigues? — lo enfrento.

Él solo rueda los ojos.

— Quiero que entres.

— No lo haré.

— ¡Qué entres te digo! — eleva la voz pero no grita.

— ¿Me estuviste siguiendo, verdad? — deja de mirarme, eso afirma mi duda — ¡Responde! — solo espero que no haya visto la pelea que tuve con Agustín — ¿Cuánto tiempo me has estado siguiendo, Michael?

— Solo una hora.

— Mientes.

— Fué una casualidad encontrarte okey, no es que haya venido a verte.

— Deberías estar en tu fiesta.

— Me aburrí y salí a tomar un poco de aire, y ahí fué que te vi...sé que no hubieras subido al auto y esperé que tuvieras mucho frío, creí que no te rehusarias a eso — toma mi mano — ahora entra.

— Ya te dije que no quiero — aparto su mano pero él la vuelve a tomar.

— Pero yo sí.

Trato de soltarme pero él es más rápido y hace que entre al auto. No había escapatoria.
Veo que entra al auto y se coloca el cinturón de seguridad, imito su acción.

- ESCALERA AL CIELO -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora