C18: Te perdí una vez y no pienso hacerlo dos veces

77 7 2
                                    

Ámbar

— ¿Ves eso? — señalo con mi índice la pared — quieren pintar el paraíso en esa pared.

— ¿Un mural?

— Sí — sonreí y enrede mis dedos con los suyos — escucha...yo te inscribí para que concursaras — sus ojos se abrieron como platos — ¡Y ganaste! ¡Te eligieron a tí! ¿Entonces qué?...¿Lo harás? — no escuché respuesta. ¿Por qué tiene que ser así Gastón? — si va todo bien, la galería te dará todo su apoyo, piensa que podrás exponer toda tu arte Gastón...¿Aceptas? ¡Oye dí que sí! — le doy un suave golpe en el brazo.

— No — ¿Qué?

— ¿No? ¿Por qué no? ¡Dímelo! Dime.

— Es que no quiero hacerlo — responde sin mirarme.

— Gastón — hago que me mire pero él solo desvía la mirada — ¿Estás tan feliz como yo, cierto? Bueno, si haces ese bello mural...yo te daré un lindo regalo — sigo sin captar su atención. Ya verás Gastón Perida — te daré...te daré un anillo — y ahí volteó a mirarme — sé que ganarás mucho dinero cuando seas muy famoso...así que podemos comprometernos...¿Si lo harás? — no responde y desvía la mirada con una sonrisa en los labios — ¿Que es lo que no quieres, hacer el mural o comprometerte? ¿Eh? Dime ahora — ambos reímos — ¿Cómo pintarías tu paraíso?

— Te pintaría a tí.

— ¿Entonces si lo harás? ¿Lo harás?

— De acuerdo, solo por ti — sonríe.

Me toma de la cintura y me apega a su cuerpo para así darme un abrazo y un beso en la frente.

— ¡Soy tan feliz!

.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.

~ Al día siguiente ~

Michael

Nunca pensé que este día llegaría. Nunca pensé que tendría que dejarte ir...tú ya no estás en este mundo pero a veces siento que sí pero no. Solo me engaño a mí mismo, por el hecho de negarme en haberte perdido. No estarás en este mundo mi Valentina pero quiero que sepas que siempre estarás en mi corazón.

No sé que hacer. Me niego rotundamente a que deba continuar mi vida sin tí. La verdad no sé como he soportado estos cinco años sin tí, sin ver tu sonrisa, sin poder abrazarte...ni mucho menos poder decirte un “Te amo”. Te lo dije pero no en persona y ahora que ya no estás me arrepiento de ser tan cobarde y no poder confesarte lo que siento por tí desde que éramos unos niños.
Te tengo que dejar ir, aunque no quiera tengo que hacerlo...solo quiero que sepas que eres y siempre serás aquélla niña que me hizo sentir el amor. Aquélla niña que hizo que mi estómago sintiera las famosas “Maripositas”. Aquélla niña que me hacía sonreír a cada segundo con tan solo mirar tu hermosa carita. Tú siempre serás el amor de mi vida. Eso tenlo por seguro.

Ahora estoy aquí, ahogándome en mis lágrimas y sufrimiento, sentado en frente del carrusel. Observaba como los niños se divertían en el. No pude evitar sonreír al recordarla cuando éramos niños y solíamos montarnos en aquéllos caballos.

— Valentina...este día anunciaré mi compromiso. Sé que me será difícil porque me he negado en dejarte ir. Te he tenido conmigo pero...te dejaré libre ahora — tomo mi medallita con mis dedos para así sacarla de mi cuello y ponerla en la palma de mi mano — trataré de olvidarte — como si eso fuera posible — pero antes de hacerlo...quiero verte una vez más — aprieto mi medallita con fuerza — no es posible ¿Verdad? Lo sé — siento mi voz quebrarse — pero solo una vez más...sólo una vez. Porfavor bonita, concédeme ese deseo...porfavor.

- ESCALERA AL CIELO -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora