C45: Nunca te tuve

33 3 0
                                    

“Si lo hago te pierdo para siempre...pero ahora siento que nunca te tuve”

M.R

























Narrando escritora

No podía ocultar la tristeza que su corazón y todo de él sentía. No solamente tristeza, sino también dolor. Sabía muy bien que ver como la mujer que ama se comprometa con otro que no sea él, simplemente lo mataba. Pero aún así tenía que verificar que tal acontecimiento suceda, tenía que ver con sus propios ojos que Valentina vuelva al camino de la felicidad. Aquél que se lo arrebató, él mismo.
Trataba de que sus ojos no soltaran lágrimas, mientras subía las escaleras y así poder llegar a aquél salón donde ocurriría el hecho del llanto.

— Disculpe — alguien detiene su andar.

— ¿Si? — responde amablemente.

— ¿Es usted el señor Agustín Zenere?

— ¿Sí por?

El hombre saca una placa lo cual lo alertó completamente.

— Queda usted arrestado por falsificar pinturas.

Agustín no podía creer lo que escuchaba. Cómo los policías podían haberse enterado de eso, algo que ni siquiera él sabía porque su padre vendía sus pinturas a escondidas.
No dudó más y sus piernas comenzaron a correr con gran velocidad. Huye sin mirar atrás. De pronto siente que alguien lo tomo de los brazos.

— ¡Suelteme! ¡Yo no he hecho nada! — grita con desesperación — ¡No lo sabía!

— Eso dicen todos — responde uno de los policías.

— Por favor...se los juro que no lo sabía, fué mi...— calla. No se lo perdonaría hecharle la culpa a su padre por más que fuera verdad — por favor tienen que dejarme ir — suplica, mientras intentaba escaparse.

— Te darán muchos años por eso, la falsificación es algo grave amigo.

Agustín forcejeo con fuerza y logró escaparse. Corre tratando de huir, corre porque no quiere pagar algo que no hizo él...algo injusto pero todo fué muy rápido porque nuevamente lo vuelven atrapar y esta vez hacen que caiga al suelo.

— ¡No! Por favor...se los suplico — siente las esposas en sus manos — ¡Porfavor! ¡No! — hacen que se pare y en ese instante conecta mirada con unos hermosos ojitos azulados a lo lejos. Era ella pero lo que más le dolió, era ver esos ojos que tanto ama con lágrimas — ¡Valentina! — grita con fuerza, mientras los hombres trataban de llevárselo — ¡Valentina! ¡Pequeña! — la vio pararse pero no pudo ver más, ya que lo sacaron del lugar.

— Agustín — susurra con tristeza la rubia.

Tenía que estar con él. Algo malo pasaba y quería saberlo. Así que no espero más y comienza a correr hacia la salida pero su corazón hizo que se detuviera. Gira con lentitud y ahí se encontraba él con los ojos llenos de lágrimas.

— No me hagas esto — fué en ese momento que se culpó por haber escuchado su voz tan quebrada y dolida a la vez — por favor bonita — le suplica Michael.

Tenía que tomar una decisión. Por más que no quisiera tenía que hacerlo. Una parte de su corazón decía que valla con Agustín pero su corazón completo le decía que se quede con el amor de su vida. Si se inclina hacia uno, al otro lo destrozaría y no quería hacerlo. No sabía que hacer, no sabía que decisión tomar. Se encontraba entre la espada y la pared con ella misma.








- ESCALERA AL CIELO -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora