En el jardín de los secretos (VICTUURI) (Mpreg)

Capitulo 8: El monstruo de los ojos verdes parte II

Había amanecido y Yuuri había despertado con un único objetivo por cumplir, pondría en práctica las enseñanzas de su maestra para seducir a Víctor; había tomado una decisión que traería sus consecuencias pero por primera en su vida estaba actuando según su corazón.

Tomo un largo baño de hierbas y unto su cuerpo con un aceite de almendras aromático, peinó su cabello hacia atrás y se vistió con el kimono rojo que le quedaba un poco holgado. El conde al escuchar todo ese ajetreo se despertó, se levantó de la cama y se acercó lentamente por atrás de Yuuri abrazándolo por la cintura.

-Que bien hueles.- Dijo mientras aspiraba su cuello.

-No Yuri. No estoy humor por favor.- Mencionó el azabache mientras se volteaba y lo apartaba levemente para poder abrirse paso hacia la puerta.

-¿Qué te sucede últimamente? Estas muy extraño más distante de lo normal... además tus cambios de humor tan repentinos....-Yuuri solo volteo los ojos exasperado por las preguntas del conde.-

-No sucede nada, es extraño que te preocupes por mí, por lo general nunca te importa lo que yo llegue a sentir.-

-Eso no es verdad, por supuesto que me preocupo por ti. Eres mi esposo y te quiero en verdad.-

-Yuuri ya no podía seguir escuchando tanta falacia, el conde cuando se lo proponía podía llegar hacer un excelente actor más cuando quería satisfacer sus necesidades sexuales, tal vez hace un año atrás el pelinegro le hubiese creído, ya que en verdad intento quererlo pero le fue imposible cuando se dio cuenta de que el no tenía lugar en el corazón del conde.

-Yuri hoy no estoy de humor. Será otro día, si me disculpas iré a desayunar.-

-Contigo es imposible Yuuri.-

Después de desayunar y que el conde sin dirigirle una palabra o mirada se fuese de nuevo a quien sabe dónde, Yuuri se dirigió al jardín, no podía evitar sentirse nervioso por lo que iba a intentar pero tenía que hacerlo. Poco antes de llegar subió su kimono hasta la mitad de sus muslos y lo amarro con un nudo, dejando a la vista sus blancas piernas, ese día llevaba puestos unos Zori bastantes simples por lo que sus piernas lucían más largas y bonitas.

Temió tener que caminar mucho en busca de Víctor pero no fue así ya que al llegar a la entrada del jardín de las rosas lo pudo ver a lo lejos sentado en una de las bancas escribiendo en un cuadernillo, estaba tan concentrado que no noto su presencia.

-Buenos días Víctor.-

-Buenos días Yuu... ri..- Dijo Víctor mientras volteaba a verlo, no pudo evitar fijar su mirada en las blancas piernas del azabache a la vez que su cara se tornaba roja.

-¿Porque.. Tu...?- Víctor trataba de desviar disimuladamente su mirada hacia otro lugar pero era inútil.-

- A espero no incomodarte lo que pasa es que hoy hace tanto calor que decidí dar un paseo matutino para aprovechar el fresco de la mañana.-

-No son muy hermosas.... Las rosas si las rosas - Dijo nervioso Víctor.

-Si es verdad.- Yuuri se sentó a lado del mayor subiendo un poco más su kimono. Víctor opto por seguir escribiendo en su cuaderno, tratando de enfocar su atención en otra cosa, al notar esto Yuuri comenzó a masajear sus piernas en toda su extensión.

- Ayer camine tanto y mis piernas están tan adoloridas ¿no quisieras ayudarme a darles un masaje?- Víctor se tensó ante tal petición, trago saliva y se quedó un rato en silencio.

-Aquí.- Yuuri tomo una de las manos de Víctor y la coloco encima de su pierna mientras la guiaba con su mano lentamente de arriba abajo, el ojiazul no pudo evitar voltear a ver al azabache y dejar el cuadernillo a un lado.