20. La amarga verdad

2.3K 305 53
                                    


Yuuri permaneció como una estatua alado de la ventana esperando el amanecer y lo que este podría traer consigo. A pesar del frio y del sueño acumulado que su cuerpo sentía, estaba firme en darle una respuesta a sus dudas, que desde hacía unos días le carcomían la cabeza.

Después de un par de horas el sol comenzó a salir por el horizonte. Sus ojos cansados comenzaron a cerrarse pero sus sentidos se alertaron cuando al poco rato notó que una figura masculina salía por la puerta principal. Se ocultó un poco más entre la cortina y la pared para no ser notado, a simple vista parecía ser la persona de la cual el más sospechaba, sin embargo no podía hacer conjeturas tan rápido.

Corriendo lo más rápido que podía, ya que la barriga apenas lo dejaba moverse, fue a sacar sus pequeños binoculares del cajón donde siempre los guardaba. Con sigilo se acercó a la ventana de nuevo y los coloco sobre sus ojos. Claramente logro ver lo que temía, era Otabek que se encontraba fumando un puro recargado en una de las paredes. ¿Pero que podría estar haciendo tan temprano el moreno? ¿ a quién esperaba? ¿Acaso sus sospechas más obscuras resultarían ser ciertas?. Con esto en mente apretó los labios y se quedó un rato más espiando al joven. Probablemente no era nada, tal vez solamente tuvo la necesidad de aliviar su ansiedad fumando un poco tabaco, eso era al menos lo que su mente quería pensar. Aunque muy dentro de su ser rogaba porque sus sospechas fueran ciertas, ya que eso explicaría muchas cosas.

Una hora paso sin apartar la mirada del moreno, sus piernas se habían cansado por lo que opto en arrastrar una silla para poder estar más cómodo, no sabría cuánto tiempo más estaría en esa situación, pero estaba seguro que observaría todo el tiempo necesario para descifrar ese mal presentimiento que sentía cada vez que veía a Otabek. Algo le había en su mirar su mirar, en su andar, en su manera de comportarse, que algo ocultaba.

Cuando estaba más sumergido estaba en sus pensamientos, algo llamo su atención. Se trataba del chico del correo, venia más temprano de lo usual para su no sorpresa. Y ahí estaba acercándose al coronel. Observó como removió algo en su bolsa llena de cartas y saco una entre tantas entregándosela al mayor, Yuuri se quedó sin aire. Sus sospechas podrían ser más reales de lo que creyó. Al momento comenzó a hiperventilar, pero no se apartó del ventanal, quería observar todo. Al final vio como Otabek guardaba la carta en su bolsillo para después entregar un pequeño saco que parecía contener monedas al jovencito. ¿Por qué? ¿Porque Otabek estaba haciendo algo tan sospechoso y aparentemente a escondidas de todos? ¿Que pretendía? Estas y más preguntas se instalaron en su mente atornillándole la cabeza. Colocó una mano en su pecho tratando de controlar su respiración que se hacía más entrecortada. Él bebe se ponía inquieto quizá por la falta de oxígeno de parte de su progenitor. Yuuri lo noto así que opto por quitarse de ventana y recostarse en la cama mirando hacia arriba.

No tenía mucho tiempo para recuperarse, tenía que ir a averiguar que hacia Otabek con esas cartas y de ser posible saber el remitente de estas, que estaba más que seguro que se trataba de Víctor no era estúpido, pero tenía que confirmarlo con sus propios ojos, tenía que ver hasta qué grado llegaba la maldad. Así que se armó de valor, se levantó y salió con sigilo de la habitación. Ni siquiera el frio de la mañana lograba enfriarlo, no sentía nada, ni frio ni calor, solo una ansiedad enorme por desenmascarar todo esto. Descalzo para no hacer ruido y moverse al igual que un gato por la casa, fue hasta las escaleras donde se agacho para observar a través de los barandales de madera entrar a Otabek. La casa se encontraba sola y no había ni un alma cerca. Yuuri observaba atentamente a Otabek que ni siquiera sospecho que era vigilado desde arriba. Yuuri se movió un poco hacia la pared más continua debido a que el coronel comenzó a subir por las escaleras, parecía dirigirse a la habitación que había estado ocupando durante su estancia esos meses.

En el jardín de los secretos (VICTUURI) (Mpreg)Where stories live. Discover now