17. Amor entre la distancia

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Mila aun recordaba la alegría de ver como el japonés abría los ojos lentamente saliendo del letargo de la enfermedad, mostrando sin embargo unos ojos faltos de vida. Tuvo que pasar un mes más para que el doctor descartara por completo el óbito, ya que Yuuri no había vuelto a presentar nuevas fiebres o sangrados además de que el azabache había confirmado leves movimientos fetales producto de la vida aun creciente en su vientre.

Sin embargo él era asunto aparte. Comía muy poco, lo que le había provocado bajar de peso, se encontraba pálido, ojeroso y apenas hablaba. Ni siquiera con Mila se atrevía a vocalizar más que escuetos monosílabos.

Mila se quedaba con el todo el tiempo que podía, pero había momentos en que ella tenía que dejar a otra persona lo que provocaba que Yuuri reaccionara de manera violenta arrojando objetos y tratando de huir hacia los jardines.

La joven a un recordaba la noche en la que el cansancio la venció y se quedó en un profundo sueño, despertó por impulso de un mal presentimiento, cuál sería su sorpresa no encontrar a Yuuri en la cama, rápidamente se levantó con la intención de ir a buscarlo en los jardines pero una luz proveniente de la habitación continua la hizo dirigirse aquel lugar. Al entrar se encontró con el azabache en medio de la noche fría con apenas un camisón, trepado en la losa de piedra del balcón, rápidamente se acercó tratando de no hacer ruido, hasta que lentamente llego hasta él y de un solo movimiento lo atrapó de la cintura jalándolo hacia atrás, provocando que cayeran al duro piso del balcón.

-Yuuri. ¿Qué hacías ahí?.- Dijo jadeando del susto. Sin embargo la respuesta nunca llego.

La joven había escrito a Victor empero habían transcurrido dos meses y no había habido respuesta de parte del platinado. Y la situación se estaba saliendo de control.

-Yuuri, el conde quiere tomar una foto tuya en cinta.- Dijo tomando a Yuuri de la mano.- Yo le he dicho que ni siquiera se te nota aun la barriga como para hacerla, pero él insiste en querer hacerte todas las posibles fotos de aquí al nacimiento.- El menor solo aparto la mano y se recostó de lado dándole la espalda a la pelirroja.

-Yuuri sé que es difícil pero conoces al conde no se dará por vencido con su capricho.- Sin más se levantó de la cama como si fuera un muñeco, Mila le preparo el baño y lo dejo solo, si algo había notado la joven era que a Yuuri le molestaba que alguien lo viera desnudo, así que siempre optaba por darle su espacio. Al salir lo ayudo a ponerse la yukata sin apretarle demasiado para no lastimar según ella al bebe. Se dio cuenta que a pesar de la apariencia enfermiza Yuuri  seguía siendo muy hermoso.

Cuando llegaron abajo Otabek y Yuri ya los esperaban junto con un camarógrafo. El conde lo recibió con un efusivo abrazo el cual no correspondió y lo acompañó hacia una banca donde se sentó junto a él.

-Creí que sería solo una foto de Yuuri.- Comentó la pelirroja.-

-Saldrá en el periódico local.- Respondió Otabek.- Yuri quiere que la sociedad se entere del próximo nacimiento de su heredero.-

- Es un poco exagerado...- Dijo inconforme la joven.-

-Son sus deseos. Tu opinión es irrelevante.- Contestó con un tono frio y tajante provocandole un escalofrió.



-¿Qué hago Víctor?- Dijo mientras acariciaba a Makkachin. El can se encontraba atento a Yuuri, el cual se encontraba recogiendo bayas silvestres en unos arbustos cercanos. Hacia un frio invernal ya que las nevadas habían comenzado temprano, sin embargo como todos los jueves la joven esperaba al cartero para ella misma recibir la correspondencia con la esperanza de encontrar una carta de su hermano entre el montón.

En el jardín de los secretos (VICTUURI) (Mpreg)Where stories live. Discover now