16. Azul y frió otoño

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Victor se encontraba en su cabaña. Después de su encuentro matutino con Yuuri le habían entrado unas enormes ganas de dibujar así que, después de terminar sus quehaceres decidió ir por sus herramientas de dibujo. La verdad se sentía muy feliz, después de tanta soledad por fin había podido encontrar a su alma gemela, a su gran amor. A veces se sentía culpable de no sentir arrepentimiento de cometer ese pecado, pero era inevitable su amor era más grande que cualquier otro sentimiento que pudiera sentir su alma.

Con el regreso del conde se había dado cuenta que no podía seguir compartiendo a su amado más tiempo, era cierto tenia celos, celos de que Yuuri tuviera que pasar ahora más tiempo con el conde que con él y de tan solo pensar que a Plisetsky se le ocurriera tocarlo de nuevo le haca hervir la sangre, por eso miso había tomado una decisión. Ese sería el día en que le propondría a Yuuri huir juntos; no lo había hecho antes por temor al rechazo del menor, pero ahora estaba más que seguro que Yuuri le correspondía de igual manera. Claro que primero tendrían que planear todo, eso tomaría tiempo, pero ya tomando la decisión no había duda que se concretaría.

Un estruendo en la puerta lo saco de sus pensamientos, unos golpes que parecían querer tumbarla se arremetían una y otra vez.

-¡Abre la maldita puerta de una vez Nikiforov!.- logro escuchar desde afuera. Era sin duda la voz de Otabek. El corazón le dio un vuelco, jamás había escuchado al moreno tan enojado y solo había una razón coherente para ello.

Sin más decidió abrir la puerta rápidamente, no había más que enfrentarlo. Cuando quito el seguro a la puerta, esta fue hecha una lado con rapidez por parte del coronel quien tomo a Victor del cuello de la camisa y lo estrelló con fuerza contra la pared.

-¡Eres un maldito!- dijo el moreno con una expresión de odio total.- ¡Después de todo lo que les ha dado casa Plisetsky así se lo pagas! ¡Revolcándote con su esposo! ¡Imbécil!. -Dijo son furia sin soltarle de la camisa. Victor no se inmuto solamente miraba con seriedad al moreno.-

-No lo niego.- Dijo sin perder la calma.- Nos amamos.-

-¡Si, claro que no me lo puedes negar! Los he visto con mis propios ojos, como se besuqueaban en el jardín de la cúpula maldito! ¡Tú y esa puta!.- Dijo escupiendo de la furia.-

-¡A él no lo insultes!.- Dijo tomándolo de los abrazos y deshaciendo el garre apartando de un empujón al moreno.

-¡No lo voy a permitir! ¡Que insulten a Yura así! ¡Todos sus sueños por tener una familia, por honrar a su padre!.- Grito furioso enfrentando al platinado.

- ¡No se cómo pueden seguir con esta farsa que tiene a Yura enfermo! ¡es un demente ándate!.- respondió sin dejarse intimidar.

-¡Cállate imbécil! ¡Tú no sabes nada!.- Víctor logro esquivar un golpe de Otabek.

-No pienso seguir con esta farsa Otabek, yo contare la verdad empezando por Yuuri.- Dijo sin saber lo que provocarían sus palabras.

- Tú no harás nada. Porque si lo haces tú Yuuri morirá yo me encargo de repudiarlo y a ti te mato con mis propias manos.

A Víctor ya no le importaba lo que le pasara a él, pero no iba a permitir que le pasara algo a Yuuri aunque le costara la vida. – Déjanos huir, esto no tiene caso. Si nos dejas ir Yura se podrá encontrar otra esposa y su secreto estará a salvo, de igual manera el no ama Yuuri.- Dijo trantando de negociar lo imposible, pero al menos tenía que intentarlo.

-¡Claro que no! Además ¿has olvidado que tu cabeza y la de tu hermana tienen precio? ¿a dónde demonios pensabas ir? ¿O te debo recordar que tu tío los quiere muertos?- No Víctor aquí el que va proponer seré yo. Te iras mañana al amanecer, ya lo he pensado durante la mañana, te iras al ejercito. Hablare con mi superior, a cambio a por Yuuri no le pasara nada.

En el jardín de los secretos (VICTUURI) (Mpreg)Where stories live. Discover now