23. Reencuentro

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El pueblo de Cheshire era un hermoso y tranquilo lugar. En sus verdes y amplias colinas el tiempo parecía detenerse y no pasar. Lejos de la guerra y todos sus problemas adyacentes se encontraban aquellas pequeñas pero cómodas casas de los aldeanos que alegres salían a sus trabajos desde temprano dándole así vida al pueblo.

Yuuri, Mila y Makkachin habían llegado hacia dos meses y se habían asentado sin ningún problema. Los moradores les habían dado la bienvenida con mucha alegría y más aún al enterarse de que Yuuri era un doncel en cinta, ya que una vieja leyenda decía que si un doncel llegaba a vivir por esas tierras habría prosperidad durante una larga temporada. Así que la gente movida por sus creencias y su amabilidad los habían tratado de maravilla. Muchas veces les regalaban de sus cosechas o de su leche, ellos trataban de negarse, no querían ser una carga para los pueblerinos en tiempos de guerra, sin embargo al final no les quedaba de otra que aceptar. Claro que a algunos moradores les parecía extraño ver a un doncel sin su pareja y más aún en cinta, sin embargo nadie se atrevía a preguntar nada, solo corrían rumores muy discretos que con el pasar de los días se fueron disipando.

Mila comenzó a trabajar en la panadería del lugar, mientras que Yuuri con un ánimo y una actitud completamente cambiada comenzó a ayudar en la biblioteca. Mila le había dicho que no había necesidad de que el trabajara con un estado tan avanzado de embarazo, sin embargo Yuuri se negó totalmente a la petición, quería ser útil en tiempo tan difíciles.

-Yuuri.- Llamó la encarga de la biblioteca.- Te he dicho que no cargues tanto peso. –Reclamo.

-Está bien. No se preocupe Sra. Burns esto es un peso que inclusive yo puedo soportar.- Dijo mientras dejaba la pila de libros en una mesa.

-¿Cómo va él bebe?- Preguntó con una gran sonrisa la regordeta mujer.-

-Dicen que para el siguiente mes nacerá.- Contesto acariciando su gran barriga que apenas y cabía en su overol.

- Sé que puede ser una pregunta un poco imprudente pero... ¿y su padre?- Preguntó con tono triste. Yuuri se sorprendió de que alguien le preguntara eso después de todo ese tiempo en el pueblo.-

-No se preocupe, sé que no hablo mucho sobre eso, es un tema que me pone un poco triste.- Contestó agachando la cabeza mientras seguía acariciando la barriga.- Esta en la guerra de Europa como tantos hombres del mundo. Pero estoy seguro que volverá sano y salvo.- Dijo con tono firme.- Seguiremos esperando por el.- Sonrió y comenzó a acomodar los libros en uno de los estantes, la mujer solo lo miro con tristeza.

-Hemos acabado por hoy, será mejor que vayas a casa a descansar.- Dijo la mujer amablemente.-

-Gracias señora Burns.- Contestó un poco aliviado. La verdad era que desde la mañana no se había sentido bien. Había tenido muchos calambres en el abdomen, además de pequeñas contracciones, sin embargo la partera le había comentado que era totalmente normal ya que se acercaba la fecha del parto.-

- ¿Estas bien cariño?. – Preguntó preocupada después de ver como Yuuri hacia una mueca.- Te he visto un poco pálido desde la mañana.- Comentó.-

-Estoy bien, no se preocupe, debe ser el cambio de estación.- Dijo no queriendo preocupar aún más a la mujer. Con lentitud tomo sus cosas y se despidió de su compañera.

Camino a casa decidió ir al mercado por unas verduras que le hacían falta para preparar su famoso Katsudon. Quería practicarlo hasta que le saliera tan bueno como el de su madre, así para cuando llegara Víctor poder compartir con el de su platillo favorito.

En cierto punto este estilo de vida le agradaba, el poder ser autosuficiente, poder trabajar y preparar su propia comida lo hacia sentir útil por primera vez en su vida, no podía negar que era cansado pero valía la pena.

En el jardín de los secretos (VICTUURI) (Mpreg)Where stories live. Discover now