22. Arrepentimiento y perdón

2.6K 298 55
                                    


Otabek estaba decidido a no caer en la provocación de Yuri. No, esta vez no. Estaba harto de la mentira y de sus traumas así que esta vez jugaría las cartas a su favor.

-¡Por hoy ya no quiero verte! ¡Largo de aquí!- Gritó con todas sus fuerzas sin embargo Otabek no se inmuto.

- Si, justo de eso he venido hablarte, sabes Yura.- Comenzó sin flaquear. -Estoy harto de recibir tus migajas, de ser solamente tu perro faldero, el cómplice de tus mentiras.- Reclamo al borde del llanto.-Términos con esto por favor. No tienes nada que temer. Tu padre está muerto. Lilia está muerta. Podemos comenzar de nuevo.-Yuri solo trago saliva y siguió escuchando un poco más tranquilo.

-Sabes esta es mi última propuesta para ti. – Dijo sin apartar la mirada.- O dejamos toda esta telaraña de mentiras o no me volverás a ver jamás.

-¿Tú crees que eres tan importante para mí?- Dijo cruzando los brazos.- ¡Claro que no! ¡Que idiota eres! Puedo estar sin ti como aquellos años que te largaste. No te necesito.- Dijo volteándose y dándole la espalda.-

-Bien como tú digas. Me voy Yura.- Dijo con voz quebrada.- Seguramente mi destino sea acabar en aquella sangrienta guerra. Pero antes de irme solo quiero que sepas...- Dijo tomando fuerzas.- Que te he amado desde el primero momento que te vi y así seguirá siendo hasta el último de mis días.- Dijo para después salir por la puerta con el corazón destrozado. Tal vez realmente jamás había sido importante para el rubio, tal vez solo había sido su juguete. Sonaba razonable si pensaba que jamás lo había escuchado decirle un te amo.

-¡Otabek!.- Escuchó pero su andar no se detuvo. Ni siquiera miro hacia atrás. Sabía que si lo hacia su corazón se arrepentirá y volvería a caer en su juego.

Al ver que el moreno no respondió a su llamado cayó en pánico. Una incertidumbre lo invadió al verse totalmente solo en aquel lugar. De repente su despacho se sintió enorme y solitario, la oscuridad parecía tragarlo de nuevo. A su mente llegaron aquellos días horribles que no estuvo a su lado. Sus intentos de suicidio, los constantes maltratos. Lo único que lo había salvado en aquellos días era el recuerdo de esos días de niñez que paso junto al moreno. Lo amaba más que nada, con locura pero el miedo implantado en su mente junto con la disociación de su personalidad jamas le permitieron ser libre.

-¡Otabek!- Grito para después salir corriendo tras el moreno. Solo podía ver su espalda alejándose cada vez más. Así que desesperado corrió más rápido. Otabek salió del castillo, afuera una ligera aguanieve azotaba los campos, ni siquiera eso detuvo el andar del mayor y cuando estaba a punto de subir a su caballo fue jalado por unas manos desesperadas, que lo hicieron caer hasta el suelo de rodillas.

-¡No te vayas por favor! ¡Sin ti me muero!- Dijo apretando los dientes y llorando desconsolando. -¡Te amo! ¡Te amo idiota!- Dijo con dificultad y dándole pequeños golpecitos en el pecho. Otabek frente a él no se lo podía creer. Se sentía como en un sueño, sus lágrimas no pudieron ser contenidas más tiempo, comenzaron a derramarse. Con sus brazos rodeo el frágil y ya mojado cuerpo del rubio.-

-Promete que dejaremos todo esto. Por favor. Tú estas bien tal y como eres, eres perfecto para mí, ya no tienes que fingir más- Dijo abrazándolo mas fuerte contra si.-

-Te lo prometo. Guíame por favor enséñame a ser feliz de nuevo.- Contesto desconsolado.




El día pasaba y el frio comenzaba a colarse por su habitación. Sin embargo era lo que menos le importaba. Noto que el castillo había quedado en total silencio  después de haberse escuchado unos unos gritos provenientes del primero piso y de eso ya habían pasado varias horas. El se encontraba tan desecho que simplemente no le dio importancia a todo ese altercado.

En el jardín de los secretos (VICTUURI) (Mpreg)Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin