7. Gemelos.

62 11 30
                                    

(N/A: perdón por subir este capítulo tan rápido, es que me di cuenta de que es muy corto y estoy triste porque en las notas tenia guardadas todas las ideas de esta novela y de otras y se borraron absolutamente todas, y como estoy triste me inspire xd)

Capítulo número siete: gemelos.

24 de abril del 2025.

Escuela.

El aire en mis pulmones comenzaba a escasear, mi cuerpo luchaba por conseguir un poco de tranquilidad.

Escuchaba ruido a mi alrededor, pero no era consciente de qué estaba pasando.

Solo sabía que esa situación me estaba comenzando a hacer entrar en pánico.

Forcejee una vez más, pero no logré nada.

Los gritos desesperados de James me ponían más nervioso aún.

Después de unos segundos, me quedé completamente quieto, rindiendome. ¿Qué sentido tenía luchar, si no iba a lograr nada con hacerlo?

Soltaron el agarre en mi cabello - que ya casi me llegaba a los hombros - y yo con rapidez saqué mi cabeza del agua.

Me habían intentado ahogar en un inodoro.

Con dificultad intenté recuperar todo el aire que me faltaba en esos momentos, y entonces, sabiendo que él iría a por mí y no por los chicos que me hicieron eso, soltaron a James para luego salir corriendo.

Corrió hacia mí y me abrazó con fuerza, sosteniendome contra su pecho.

—¿Estás bien?— susurró acariciando mi espalda.

Negué con la cabeza, aún intentando recuperar todo el aire que se había ido de mis pulmones.

Se separó para verme bien a la cara y sollozó— Ya está bien— me aseguró.

Apoyé mi frente en su pecho y me agarré con fuerza de su espalda, probablemente dejándole algún rasguño a pesar de que tenía la camisa puesta.

Sentía que estaba a punto de morir, y no era la primera vez que eso pasaba.

¿Acaso es normal que un niño de siete años se sintiera tan mal a esa edad?

Se sentía como si todos me quisieran hacer daño, aunque estaba desesperado, no ciego, y sabía bien que ni mis padres, ni mi abuela, ni James me lastimarian nunca.

—Vamos a hablar con la directora y hacer que castiguen  a esos niños— me dijo.

Negué con la cabeza, aterrado por la idea de salir de ahí y encontrarme con muchas personas que, probablemente, también me lastimarian.

Meli.Where stories live. Discover now