33. Catorce.

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Capítulo número treinta y tres: Catorce.

8 de octubre del 2031.

Psiquiátrico.

Miré el reloj, que en ese momento marcaba las doce en punto.

Terminé de dibujar mi pastel y suspiré.

—Cumpleaños feliz, me deseo a mí, cumpleaños, cumpleaños...— bufé— Cumpleaños feliz.

Para ese momento el año pasado mi teléfono estaba sonando mientras Trisha lloraba por lo grande que estaba y mis papás me abrazaban.

Solo había pasado un año y ya todo había cambiado tanto...

Me acosté en el suelo y suspire mirando el techo.

Con esas malditas inyecciones me estaban controlando hasta el sueño, así que no podía dormir por mas que lo deseara.

No tenía nada que hacer, ya que todo lo que antes me gustaba hacer parecía haber perdido la gracia para mí.

Ver televisión nunca me había gustado, y en el psiquiátrico solo habían canales infantiles o motivacionales.

Había leído la primera página de Harry Potter y la Orden del Fénix pero  al instante me recordó a todas las veces que vi Harry Potter con James y guardé ese libro junto con todos los demás que Zayn me había llevado al psiquiátrico.

Incluso el cover que James había hecho de idfc me dejó de emocionar.

Lo unico que podía hacer era dibujar, pero no podía hacer más de la mitad de un dibujo sin aburrirme.

Pensando en qué podía hacer para no aburrirme fui cerrando los ojos lentamente, y cuando los volví a abrir se sintió como si no hubiera dormido nada, pero estaba en mi cama y no en el suelo.

Pasé el dorso de mi mano por mis ojos y parpadeé un par de veces para ver el reloj.

Me pareció que eran las 2pm, o algo así... Desde unos meses atrás sentía que necesitaba lentes, pero no pensaba usarlos al menos que fueran de contacto, así que nunca se lo comenté a mi familia.

Observé la habitación y vi a Harry y Louis hablando animadamente apoyados en una pared de ese lugar.

Fruncí el ceño, ¿en serio necesitaba con tanta urgencia los lentes?

Mi mirada se enfocó y comprobé que eran ellos, y ellos parecieron sentir mi mirada sobre sus cuerpos, porque me voltearon a ver.

—¡Andrew! Feliz cumpleaños— me felicitó Harry acercándose.

Ese maldito nombre, cada vez que lo escuchaba quería golpear a la persona que lo pronunciaba.

Dirigí mi vista hacia la puerta, ¿dónde estaba mi abuelita?

Hice puchero cuando Harry me abrazó.

Ambos se sentaron en la cama y comenzaron a decirme cosas de las que solo pude escuchar fragmentos cortos, ya que no quitaba mi atención de la puerta.

 «... Sabemos que es duro...» «... James siempre nos habla de...» «... Eres muy especial...»

Dirigí mi vista a a ellos, desesperada. ¿Realmente no se daban cuenta de que me valía mierda lo que tuvieran que decir? Al parecer no, porque no dejaron de hablar hasta que se abrió la puerta de mi cuarto.

Zayn y Liam entraron a la habitación, e inconscientemente escruté la puerta a sus espaldas, sorprendiéndome a mí misma al sentirme desilusionada.

Meli.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora