Capítulo 8

2.7K 252 30
                                    

La tome de los pelos de abajo y la quite de mi lado. La tumbe y me incorpore sobre ella. Empecé a dejar cachetadas--guajoloteras como diría mi abuelito---a lo que ella solo daba rasguños como la gata que es.

Sentí como unos fuertes brazos me quitaban de ella y empecé a dar patadas haciendo que le pegara al idiota que me había quitado.

Relaja la raja morenita. -dijo y pude darme cuenta que era Joel. Me llevo afuera.

- ¿Porqué me detubiste? Hubieras dejado que me la puteara. -dije furiosa.

- ¿No quieres ir a la cárcel tan joven verdad? Si te dejaba la hubieses matado.

Suspire. Él todavia me tiene agarrada de la cintura.

- ¿Me puedes soltar? -pregunte removiendome incómoda.

-No.

- ¡Ya wey sueltame! No iré a buscar a la barbie esa. -dije, pero realmente no estaba si iría o no.

-Esta bien. Pero no regresaremos a la fiesta iremos a otro lugar. -dijo.

-Lo que sea, solo sueltame. -no le di importancia solo quería que me soltara, me estaba poniendo nerviosa él tenerlo tan cerca.

- ¿Porqué quieres que te suelte? -dijo en mi oído haciendo que me estremeciera y los pelitos de mi nuca se erizarán. --Me alegra causar este efecto en ti. --su voz sonaba tan sexy y puedo apostar a qué esta sonriendo descaradamente con un aire de engreído.

Le pegué un putazo en su entre piernas con mi codo haciendo que callera al suelo.

- ¿Qué te pasa morra? --dijo sobandose y estremeciéndose en él suelo cómo la rata que es. --Si las chicas se enteran que le haz pegado a mi polla te vendrán a madrear. Mi pene es sagrado.

Lo mire y empecé a reírme a carcajadas ¿Era enserio? Ya veo porqué México no progresa.

-Eres él rey de los pendejos. -niego divertida.

Él se empezó a levantar del piso y se sacudió, se sobo por última vez su entre pierna.

-Creó que no aprendiste tu lección cuando te deje atada ¿verdad? -- pregunto ya enojado.

-Tus lecciones mira...--alce mi mano y me la pase por él trasero. --Me las paso por él culo.

-Mira______, así te llamas no? -pregunto y asentí. -No estoy jugando cuando digo que si sigues comportándose así no te la acabarás. --advirtió.

-No te tengo miedo.

-Deberías, nos vamos. --dice y empieza a caminar hacia él carro. -- ¿Vienes o no?

Rodé los ojos y caminé. Abrí la puert y subí. Me coloqué el cinturón y él bastardo de Joel Pimentel arrancó.
Llevándonos a nuestro próximo destino.

- ¿A donde vamos? -pregunté.

- ¿Qué no querías ir a comer tacos? Tu sueño de ir a comer tacos conmigo se cumplirá.

Joel Pimiento Donde viven las historias. Descúbrelo ahora