Capítulo 55

2K 217 105
                                    

Estas mariposas en mi estómago revoloteaban cada vez más. 


Sentí cómo alguien tomaba a Joel y lo separaba de mi, después de eso le plantaba un fuerte golpe el cuál se pondría morado. 

Mire bien quién había sido a la persona, era Abiel. 

Mierda. 

—¿QUÉ VERGA TE PASA PENDEJO?—le gritó Joel empujando a Abiel. 

—¿QUE TE PASA A TI?—dijo eufórico Abiel.

 —NO TIENES DERECHO A BESARLA.

—CLARO QUÉ LO TENGO. 

—NO, NO LO TIENES PORQUÉ ELLA NO ES...—fue interrumpido.

—TENGO EL DERECHO PORQUÉ ES MI NOVIA. 

¿Qué? ¿En qué momento? 

Abiel sé quedo callado. Se giró para mirarme. 

—¿Eso-eso es verdad?—me preguntó. 

—Yo-yo...—tartamude. 

No sabía qué responder, que decir y que hacer. 

Lo único que podía hacer era explicarle qué no tenia sentimientos hacía el y claro, qué lo que había dicho Joel era mentira. 

Me acerqué a el y lo tomé del brazo para qué viniera conmigo y poder charlar.

Fuimos a un lugar dónde podíamos estas solos, no muy lejos púes no quería qué pasara lo de la última vez y volverme a perder. 

—Abiel, —comencé a hablar. —No tenías porqué haber hecho eso, el

Fui interrumpida.

—El es tu novio. 

—No, no lo es. —negué. —Y si así fuera, tu no tenias el derecho a golpearlo.

—Pero, es que, yo-yo, tu me gustas. —tartamudeó. 

Pensé unos segundos en cómo le diría qué no me interesaba el en absoluto, no tenia que ser mamona, tenia qué buscar las mejores palabras.

Pero siempre la ando cagando. 

—Mira Abiel, —nos miramos a los ojos—Yo-yo no siento lo mismo qué tú, eres un chico increíble, de verdad te lo digo, pero mi corazón le pertenece a otra persona. 

—Y esa otra persona es Joel.

Asentí cabizbaja. 

—Lo entiendo. —asintió. —Esperó qué el aproveche esto, yo nunca me doy por vencido cree me, pero se qué esta vez es diferente, tu rostro realmente refleja amor hacia el, y el de el hacía ti, refleja muchas cosas. Los dos se quieren y contra eso no puedo competir. 

—Gracias. —le dije. —Y cuándo quieras te puedo presentar a cualquier chica qué quieras. —ofrecí. 

—De hecho...—dijo pensativo. 

—Esa tal petra se me hizo interesante

—¿QUE?—grite. 

—No te agrada mucho verdad.

Fue más bien una afirmación que una pregunta. 

—No, cómo crees. Somos mejores amigas. —dije sarcástica. 

—Entiendo, entiendo.

—Pero si te interesa, puedes, supongo, pueden conocerse. —me encogí de hombros. 

Joel Pimiento Where stories live. Discover now