Capítulo 49

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Musiquirris pa relajar el ambiente 

[________________ Gómez. ]


Nos encontrábamos Karla, Christopher, Luis, Fernanda, Abiel y yo sentados en una mesa. 

Sirvieron carne asada con frijoles charros, me serví dos veces ya qué estaba realmente rico. 

La novia—osea la maestra—paso por los lugares a preguntar si todo estaba bien, si no nos faltaba algo más y esas cosas. 

Canciones qué nunca pensé qué mi maestra escuchara empezaron a sonar, J Balvin, Maluma, Bus bunnin (ah vedah :v) y también los ángeles azules.

— ¿Quieres bailar? —me preguntó Abiel. 

Negué, no tenía muchas ganas de bailar. Tal vez no en éste momento. 

— ¿Entonces a qué vienes a las fiestas? —me preguntó. 

Era buena pregunta. Pero yo tenía mi respuesta 

Agarré un pedazo de Chicarrón, lo llené de salsa y se lo mostré para después llevármelo a la boca. 

A eso era a lo qué iba a las fiestas, a tragar cómo la marrana qué soy.

Negó divertido y miró hacía los lados.

— ¿Quieres ir a fuera entonces? —me preguntó con una pequeña esperanza dentro de el. 

—Esta bien. —acepté. 

Me paré de mi asiento para ir hacía el jardín. 

Cuándo llegamos a éste, nos sentamos en el suelo. 

— ¿Y cómo te va en el amor? —me preguntó. 

—Ando mejor en bici. —le dije bromeando. Soltó una pequeña risa. — ¿Y tú que tal? —le pregunté ahora yo.

—Ando mejor en los estudios. —me dijo. 

—El vato. —me burle de el. 

—Enserio, pregúntame lo qué quieras. —dijo. 

—Dime el juramento a la bandera. 

—Eh...Bandera de México, legado de nuestros héroes... —pensó por unos segundos. —No me desampares ni de noche ni de día. 

Comencé a reírme, era muy divertido y agradable pasar tiempo con el. 

—No, la verdad mis relaciones están hechas en china. —me dijo.

—A cabrón, ¿Y eso porqué? —junté mis cejas esperando su respuesta.

—Porqué no duran nada. 

Negué divertida. 

— ¿Y qué carrera quieres tomar? —le pregunté. 

—Pues yo sólo quiero ser darks pero mi mamá no me deja ser carnal. —dijo. 

—Esta cabrón carnal. 

—Ya ni pedo carnal. 

Reímos juntos. 

— ¡Abiel! —grito alguien desdé adentro. 

Abiel se giró para mirar a quién lo nombraba. Era Luis, y al parecer necesitaba de su ayuda.

El peli negro se paro del suelo. 

—Ahora vuelvo. —me dijo.

Yo sólo asentí. 

Se alejó dejándome completamente sola, o eso creía hasta qué sentí una mano tocar mi hombro. 

Me gire para mirar, me sorprendí al ver a la persona qué nunca creí qué vendría hasta aquí. Joel.

Joel Pimiento Where stories live. Discover now