Capítulo 44

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[Joel Pimentel]

—Esta bien. —acepté.

 —Y no es que te negaras, cómo quiera lo ibas a hacer. —prendió un cigarrillo. —Así que mañana a primera hora vuelves con esa niña. —se fumó el cigarrillo. 

—Es una idiota, presumida, engreída, y chillona. —rodee los ojos.

—Pues lo siento hijo. —sacó el humo de su boca.

Odiaba el olor a cigarrillo. 

—No, no lo sientes. —negué. —Solo piensas en tu estúpido contrato, nunca has pensado en nosotros, en tu familia, para ti es primero tu maldita empresa qué nosotros. —le grite. 

—Calmate hijo...—dijo mi madre tocandome el hombro por atrás pero quite su mano. 

—Y eso también es para ti mamá, siempre apoyando a papá, sabes perfectamente que me caga petra. —le dije. 

—Es la niña perfecta, de buena familia, la qué quiero para ti. —dijo.

Negué paulatinamente asombrado de lo qué acababa de decir. 

—Ya lo imaginaba...—asentí. —El puto dinero cómo siempre. —dije por último para irme de hay. 

Caminé hacía la puerta y me fui detrás de ella azotandola realmente enojado. 

— ¡Joel regresa! —dijo mi mamá pero la ignore. 

Llegué a mi cuarto y lo cerré con seguro. 

Me tire en mi cama, tomé una almohada y me tape la cara con ella.

—¡AHHHGGHH!—grité frustrado. 

Odiaba a mi padre por hacer este tipo de cosas, el sabía perfectamente cuánto anhelaba ir a esa escuela de música. Había dado en en blanco. 

Quité la almohada de mí rostro y la puse debajo de mí. Tomé mi celular de ni bolsillo trasero y lo desbloquee. 

Éste se desbloqueó justo en la galería, donde estaba una foto de ____________. 

Su bello rostro formaba una sonrisa qué parecía ser la cura de al algún cáncer.

En mi casa parecía ser la cura de mi enojo, pues este se evaporó

Ahora qué sera de nosotros morenita. Bueno, si es qué existía ése nosotros. 

{* * *}

— ¿Lo-lo dices enserio? —me preguntó petra sin poder creer los su le había dicho. 

—Enserio. —trate de sonar contento, cosa que no funcionó, pero ella era muy tonta para darse cuenta.

—Claro qué si mi amor, yo sabía qué me amabas. —me dijo colgándose de mí cuello. 

—Amar es una palabra muy fuerte, digamos que te quiero.

—dije. 

Si, te quiero...matar, ahorcar, disparar darte con un puto palo para que quedes más cagada de no qué estas. 

— ¿Hoy me puedes acompañar al centro comercial? —me preguntó tocando la punta de su pelo formando pequeños círculos, según ella coqueta. 

Parecía qué tenía retraso mental.

Estuve pensando en algo qué me impidiera acompañarla a ese maldito centro comercial, pero sólo algo se me vino a mi cabeza. 

—Tengo entrenamiento. —mentí. 

—No me mientas pillo, hoy no tienes, te esperó en la salida. —se acercó a mi y me beso. 

Le respondí al beso, pero éste se me hacia muy asqueroso, no sé si era porqué la odiaba o porqué besaba mal. Las dos cosas. Pinche estúpida.

Y aquel besó asqueroso se empezó a sentir realmente bien, y no era por qué fuera una buena besadora, sino porqué la imagen de ___________ apreció. Cerré mis ojos y la besé con más pasión para olvidar el mal sabor de boca de petra. 

—Podemos ir al armario del conserje ni amor. 

Esa no había sido la voz de mi morenita, ni tampoco diría esas cosas, y el mal sabor de boca volvió cuándo abrí mis ojos y me di cuenta de qué era petra a la qué estaba besando.

¿Qué mierda de espejismo había sido ése? 

Me separé de ella. 

—No, es mejor qué te vallas a tú salón, nos vemos luego. —le dije. 

Me miró confundida, si, la había rechazado, y no era porqué me estuviera convirtiendo en gay, siempre les daba lo que querían, sexo, pero había algo que no cuadraba, ese algo era __________. Una pequeña barrera invisible se había formado para ellas. Aquellas qué pedían a gritos que las complaciera.

—Okay. —dijo petra antes de irse. 

Caminó hacía su salón y yo me giré para ir hacia el mío. 

Di la vuelta dándome cuenta de qué alguien había presenciado nuestra escena. 

__________________.

Joel Pimiento Where stories live. Discover now