Capítulo 28

1.6K 191 53
                                    

[Joel Pimentel]


Había ganado y aceptó quedarse un rato más en mi casa. 

En estos momentos esta llamando a su mamá para avisarle. 

— ¡Mamá...Ma...Ama, Ma...sí... ma...sí, esperame...qué si...ama...qué si apagué la estufa... Escuchame...! ¿Mamá? ¡AGH! —colgó. 

— ¿Qué dijo? —le pregunté. 


—Nada, ni siquiera me dejo avisarle. Me preguntó que sí apagué la estufa. —dijo enojada. 

— ¿Entonces si te quedas un rato más? —le pregunté con un poco de esperanza. 

—Supongo...—dijo encogiéndose se hombros. 

— ¿Vamos al jardín? —ofrecí.

—Dame un tour por tu hause. —me dijo utilizando un inglés espantoso. 


Se veía realmente tierna cuando cuándo dijo eso. ¿Qué? 

—House. —la corregí. 

—Lo qué sea. —empezó a caminar hacía él jardín.

— ¡Espera! —le grité para qué se esperará, se detuvo y me acerqué a su oído. 


—Kiki ma jens tumaself —le susurré.

—Pendejo. —me pegó en él hombro. 

—Agresiva.

— ¿Agresiva yo? Agresiva tu puta madre pendejo yo soy un amor.

Los dos nos reímos y empezamos en a caminar. 


Llegamos a la piscina y ____________ la miraba cómo si nunca en su vida hubiera visto una.

— ¿Quieres meterte? —le pregunte. 

— ¿Qué te hace pensar eso? —me preguntó. 

—Mi instinto maternal me lo dice.

—Eres una vergüenza para tu jefa. 


Me acerqué a ella a pasó lento. 

—No, alejate. —intentó alejarse pero la tomé de la cintura y la carge sobre mi hombro. Tenía la intención de aventarla al agua.

—No seas cabrón. —me dijo. 


— ¿No quieres refrescarte? —le pregunte. 

— ¡NO! 

Llega ese momento en tu vida donde te das cuenta de que ya es mucho desvergue. Pero todavía no llega ese momento, así que me valió madres y la tiré a la piscina, pero me tomo tomó de la playera y caí junto con ella.

— ¡Me pierdes! —me dijo. 


Pero la tomé de la cabeza y la undí adentró. 

—Pendkdjdbslaisjdbbekd—dijo balbuceando desde abajo. 

Me sumergí en la piscina y la tome de la cintura para acercala a mi. 

Le hizo una señal de que no podía respirar, necesitaba oxígeno. Hací que acerqué mi boca a ella y le pasé oxígeno. Pero segundos después ella empezó a mover sus labios formando un besó, él cuál acepté encantado.

Subimos a la superficie pero sin dejar de besarnos. 


Pero todo tenía que llagar a su fin. ____________ puso sus manos sobre mi regazo para separnos. 

Mire sus labios, estaban rojos, hinchados y mojados. Realmente me dieron ganas de volverlos a probar. Podría besarla todo él día y no me cansaría.

—Me gustas un chingo. 

Y aquello había salido sin permiso de mi garganta.

Joel Pimiento Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang