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Reita

Estaba guardando mis cosas, siempre tenía un tiradero sobre mi escritorio, y es que casi nunca estaba ahí. Mi trabajo representaba ochenta por ciento en campo y veinte en escritorio. Se puede decir que tenía un buen trabajo como detective de homicidios dentro de la policía, tampoco era la gran cosa, me dedicaba a investigar casos inconclusos. Es decir, si existía un caso que llevaba sin resolverse dos años y de repente surgía una pista nueva, yo entraba en acción..."Acción". Casi siempre, terminaba en nada, aunque debo admitir que poder resolver un caso, me daba una gran satisfacción.

Estaba guardando algunos papeles cuando escuché el sonido de los zapatos retumbar en el piso viejo del departamento de homicidios, seguido de un montón de chiflidos y piropos que no alcancé a distinguir. No necesitaba de mucho para saber quién estaba acercándose, justo a mi escritorio.

—Mira nada mas quien nos visita —dijo el detective Kento, un imbécil con placa y demasiado poder. Se había aproximado a mi escritorio y se recargaba con una mano—. ¿Qué hace "El Rey de hielo" paseándose por aquí? No tenemos un caso para el que necesitemos tu presencia —dijo despectivamente.

Takahiro Sakaguchi o Sakito, como yo lo conocía, se paró junto a mi y sonrió—. Como fiscal de distrito yo puedo hacer lo que me de la gana, como rechazar por tercera vez tu invitación a cenar —enseñó su smartphone con la conversación abierta. El otro abrió y cerró la boca. No dijo nada, sólo dio media vuelta y se alejó. Sakito bufó—. Idiota —guardó el teléfono en su enorme bolso de piel.

Mi amigo era conocido en todo el sistema judicial como "El Rey de hielo" por ser el fiscal más despiadado de Tokio, no sólo era el más joven, también era de los mejores. Se había graduado con honores de la universidad después de haberse atrasado un año en nuestro último año de preparatoria. Toda la universidad se la había pagado Shou y después él le pagó trabajando en un despacho de abogados de renombre, donde hizo millones al demandar a una compañía de alimentos. Al final, terminó trabajando en el juzgado de lo menor, tratando con problemas familiares y chicos en situaciones complicadas.

Me miró—. ¿Listo? No quiero llegar tarde a la gran noche de Saga y Hiroto —giró los ojos con desdén.

Asentí tomando mi abrigo—. No seas malo, es un evento muy importante —aseguré cerrando mi silla y encaminándome a la salida con Sakito delante mío.

—Suzuki —escuché la voz de mi jefe llamarme, venía caminando hacia nosotros con un folder que reconocí como un caso nuevo—. Antes de irte, ¿puedes revisar esto? —torcí la boca, ya íbamos retrasados como para salir aun mas tarde por culpa de mi trabajo. Mi jefe pareció entenderlo—. Es un caso de hace ocho años, surgió una nueva pista con los cuerpos encontrados, revísalo y el lunes vamos con el forense —me tendió el folder y se despidió.

Salimos al estacionamiento donde le di el folder al más bajo para poder sacar las llaves del auto, un simple Sedán del año color azul marino. Sakito bufó cuando las luces del carro prendieron al quitar la alarma.

—Odio este auto, es tan feo —dijo subiéndose al asiento del copiloto—. ¿Cuándo perdiste el buen gusto? —colocó su bolsa en el asiento trasero y comenzó a hojear el archivo que mi jefe me había entregado.

—Cuando un Corvette casi me mata —contesté sonriendo y encendiendo mi sedán. Le prendí la luz interior pues Sakito parecía muy interesado en mi reciente caso. Nos dirigíamos a una galería de bastante renombre en el centro cultural de Tokio.

Mi amigo dejó de hablarme de inmediato, seguía leyendo el archivo. Tamborileé los dedos sobre el volante al ritmo de la melodía que sonaba en el radio, una canción bastante vieja pero con buen ritmo de The Cure. Suspiré varias veces al dar la vuelta para llegar a la galería, Saga presentaría su nueva colección de diseño experimental, el cual se utilizaría para promocionar el nuevo sencillo de Hiroto. Los dos llevaban meses planeando todo y por fin sería la presentación, a la cual todos estábamos invitados. Todos los que seguíamos en el país, al menos.

2Fast, 2Beautiful [The Gazette]Where stories live. Discover now