8

81 7 2
                                    


Kai

El dedo índice de Kamijo acarició el largo de mi mejilla, de pronto parecía que estaba incitando a algo más que solo hablar. Sentía su respiración chocar contra mis labios. Tragué saliva haciéndome aún más para atrás pero la pared me lo impedía, toqué la superficie fría con las palmas de las mano y no tocar nada que pudiera verse inapropiado.

—Puedo darte todo lo que siempre has querido —dijo Kamijo en mi oído, sentí sus labios sobre mi lóbulo, una corriente eléctrica llena de miedo y repulsión me recorrió la espalda. De verdad aquel hombre estaba dispuesto a todo por obtener lo que quería y no parecía que iba a aceptar un no como respuesta.

—¿Kai? —la voz de Sujk cayó del cielo, ahí estaba el camarógrafo mirándonos con extrañeza.

Kamijo no tuvo mas remedio que separarse de mi, no había notado que estaba conteniendo la respiración. Sentí un alivio casi inmediato al ver a mi amigo ahí con expresión seria. Kamijo solo atinó a sonreír y despedirse con la mano, dando a entender que la conversación no había terminado.

—Gracias —dije aliviado.

Sujk miraba hacia donde había desaparecido el periodista—. ¿Qué pasó? —preguntó muy serio.

—Nada —dije tratando de restarle seriedad al asunto, la mirada del otro me hizo pensarlo mejor—. Cree que tengo información que él quiere —suspiré alisando mi camisa, como si se hubiera arrugado por el contacto con Kamijo.

—¿Y la tienes? —dijo Sujk sin cambiar el tono.

Negué rápidamente. Sentí su mano sobre mi cabeza alborotando mi cabello, un gesto cariñoso que hacía seguido para tranquilizarme. Sujk era probablemente el único amigo que tenía fuera del círculo regular, y en ese momento lo agradecí. Con él podía hablar de cosas que no me atrevía a decirle a los demás o que por la distancia jamás pude hablar con Ruki; con él podía hablar cada vez que había una pelea con Akira, siempre tenía una opinión y era un gran oyente.

—¿Seguro estás bien? Le puedo partir la cara si gustas —bromeó pasando su brazo por mis hombros, encaminándonos al estudio.

—Creo que ahorita no es necesario —sonreí suspirando.

Sujk se detuvo en la puerta—. ¿Hay alguien más a quién deba partirle la cara? —dijo alzando una ceja.

—Pensé que no te darías cuenta, ¿nos vemos para almorzar? —le pregunté mientras cada uno caminaba a su respectivo lugar antes de iniciar el noticiero. Sujk asintió despidiéndose con un gesto de las manos.

Jamás le había contado a nadie lo que había sucedido con Mana, tampoco era mi intención hacerlo en ese momento, lo único que necesitaba era hablar de por qué me sentía tan enojado con los chicos por querer regresar a esa vida que nos había cambiado tanto. Tenía que admitir que si no hubiera sido por eso, tal vez Akira y yo jamás hubiéramos estado juntos, solo nos habíamos atrevido a confesarnos al estar en riesgo de muerte. Sin embargo, después de que los problemas se calmaron, nuestra relación se había vuelto bastante normal, nos veíamos de vez en cuando en la universidad, y decidimos vivir juntos apenas dos años atrás. Amaba a ese hombre con toda el alma, pero habían veces que me preguntaba si realmente estaba haciendo de mi vida, lo que quería hacer.

Eso era precisamente lo que me aterraba de que Akira se volviera a subir a un auto, cuando éramos adolescentes, ser piloto de carreras clandestinas le daba un poco de sentido a su vida. No lo hacía solo por la adrenalina, lo hacía por un vacío emocional que nunca se había atrevido a mencionar; después de lo ocurrido con Aoi y Uruha, mi novio había encontrado un sentido diferente. ¿Qué pasaba si se volvía a subir a un auto para correr? ¿Qué haría eso con su mente? ¿Podría enfrentar todo lo que habíamos dejado atrás?

2Fast, 2Beautiful [The Gazette]Where stories live. Discover now