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Reita

Comprar un auto de lujo no es tan fácil como llegar y decir, me da un ferrari por favor, el vendedor saca su auto de una cajita y te lo da. En realidad tenía mucho tiempo desde la última vez que me había comprado algo tan caro, desde que trabajaba para la policía Kai y yo vivíamos de nuestro sueldo y no del dinero de mis padres. Que si bien, gran parte ya era mío prefería dejarlo para las emergencias. Comprar un auto de lujo para usarlo en carreras clandestinas, era una emergencia.

Así que con mi novio aún molesto por las decisiones, entramos en la concesionaria de Ferrari cerca de Roppongi, tal vez podía comprarme un auto menos costoso, pero si pensaba ganarle al Lexus LFA de Kyo y tomando en cuenta que ya no era un niño, podía darme ese pequeño, gran, lujo. Sabía perfectamente el auto que quería comprar, sin embargo, ser un policía de clase media con un novio periodista no muy conocido, no pareció impresionar mucho a los empleados de la tienda, quienes nos miraron con hastío desde el momento en el que entramos. Estaba preparado para aquello, lo que ellos no sabían es que yo había crecido rodeado de lujos, en la clase más alta de Japón y sabía perfectamente como lidiar con ellos.

Recorrí la tienda con la mirada, estaba casi seguro que el auto que buscaba no estaría en exhibición, era un modelo muy específico y algo inusual, pero contaba con que estuviera en la bodega. Si tuviera que esperar a traerlo de Italia, tendría que escoger otro, no tenía tiempo para esperar.

—Esto es una locura —dijo Kai mirando a todos con cara de pocos amigos. Él nunca había lidiado con el desdén de los demás por no tener dinero, al ser de clase media, era muy ajeno a esos comportamientos. Por lo que no tardó en llamar la atención de uno de los vendedores, quien lo veía con cara de pocos amigos.

—¿Puedo ayudarlos? —preguntó el vendedor mirándonos como bichos raros.

Metí las manos a los bolsillos de mis jeans, Kai rodeó mi brazo con su mano acercándose a mi, esperaba que yo resolviera todo el asunto en diez minutos y salir de ahí pronto.

Miré a mi alrededor comprobando que el auto que buscaba, no estaba en el piso.

—Estoy buscando un auto —sonreí inocente. Sabía que aquel tipo tendría problemas conmigo e incluso se burlaría de mi y eso fue lo que pasó, el vendedor hizo una mueca.

—No estoy muy seguro de tener algo a su altura —dijo sarcásticamente.

Kai iba a responder, seguro una grosería pero le puse la mano en el pecho para detenerlo, la satisfacción de ver al vendedor tragarse sus palabras llegaría después. Ese tipo de vendedores era una de las principales razones por las que odiaba codearme con la clase alta de cualquier lado, odiaba a la gente que se sentía superior por tener mas dinero que los demás, me enfermaba tener que ir promocionando logros o dinero como si fuera más importante que cualquier otra cosa. Para mi era más valioso una tarde con Kai, la tranquilidad de mi vida y no tener la amenaza de un mafioso que un montón de acomplejados por no tener dinero. Puesto que estaba seguro que ese vendedor no era de clase alta, si lo fuera, no estaría trabajando ahí, nada le daba derecho a sentirse superior solo por vender autos de lujo.

—Espero que lo tengas, verás que me urge —le contesté con una alegre sonrisa.

—Si está buscando un auto familiar...

—Un Ferrari F12 Berlinetta, para ser exactos —lo interrumpí.

El vendedor me vio impresionado por un segundo, claro que saber de autos no es lo mismo que tener dinero para comprarlos.

—Me temo que ese auto está muy por fuera de su alcance señor, verá su costo es de 300 mil dólares al contado, aquí no contamos con créditos o algo parecido —dijo con malicia.

2Fast, 2Beautiful [The Gazette]Where stories live. Discover now