13

64 8 6
                                    


Ruki

Me congelé en la entrada, sabía que la razón por la que habíamos regresado de África era que podía ver a un doctor y tomarme las cosas más tranquilas. También sabía que lo estaba evadiendo desde que habíamos llegado y había una razón muy simple, no me sentía del todo listo, ¿qué iba a decirle? Seguramente el doctor iba a querer indagar en mi pasado, hablar de como la ausencia de mis padres había dejado severos traumas en mi persona y por eso ahora no podía dormir más de tres horas seguidas.

No era culpa de mis padres, era el sonido de esa arma, era el recuerdo de mis huesos rompiéndose cuando más de una persona me pasó por encima. Traté de respirar para no volverme a ahogar en los recuerdos, no quería ponerme a llorar o algo peor antes de siquiera entrar al consultorio. Aspiré hondo, mi cuerpo tembló al sentir el brazo de Nao rodearme por los hombros, era estúpida la manera en la que ese hombre se había vuelto el pilar fundamental de mi vida.

Después de todo el caos en preparatoria, Nao decidió no ir a la universidad, me había dicho que prefería viajar por el mundo, ayudar a la gente que tenía necesidades. Estudió para paramédico y se fue a Asia del sur un poco antes de que yo entrara la universidad. El plan original era que yo lo alcanzara al graduarme, pero rompimos en ese periodo, mantener una relación a larga distancia fue más complicado de lo que creíamos, aunque nunca dejé de quererlo ambos salimos con más personas.

Hasta que me decidí a dejar la escuela de periodismo, no sólo porque me di cuenta que no era lo mío, me apasionaba más sacar fotos que redactar artículos. Pronto me encontré buscando los mejores ángulos de escenas cotidianas, que seguían sin gustarme del todo. Nao y yo permanecimos en contacto como amigos, hasta que me dijo que se marcharía de Tailandia y emprendería un viaje a África, me tomó dos segundos decidirme y unas tres horas convencer a Kyo.

Cuando nos encontramos en Sudáfrica, Nao y yo nos quisimos seguir portando como amigos, meses después y si debo decirlo, con mucho alcohol encima, lo fui a buscar a su habitación. Habíamos estado juntos desde entonces, él ayudaba a la gente con vacunas, pequeños remedios y curaciones. Yo, yo tomaba fotos, me obsesionaba captar cada momento, cada emoción y era realmente bueno haciéndolo, cada foto que mandaba a alguna revista era publicada y en algunas ocasiones ovacionada; por eso me había metido en la protesta, por eso no me importó mi seguridad. Ahora estaba frente al consultorio de un psicólogo temblando de pies a cabeza.

—Vamos, todo estará bien —me incitó.

A veces no entendía cómo Nao era tan compresivo con todo el asunto, había renunciado a su sueño con tal de regresar y que yo pudiera ponerme mejor, sabía que le estaba costando un enorme trabajo adaptarse a la vida en Tokio, llevaba muchísimo tiempo afuera, haciendo lo que realmente quería. Yo lo estaba arrastrando a una vida de monotonía, a un mundo del que ya no formaba parte; sin mencionar que habíamos regresado justo en el que un maniático había escapado de la cárcel para darnos caza como si fuéramos un montón de ciervos asustados.

No había podido ignorar el brillo en los ojos de Nao al subirse al Bugatti, ¿cuánto tiempo tenía que no corría autos? Según la estricta teoría, ocho años; aunque estaba casi seguro que durante su estadía en Tailandia, había corrido, lo intuía no solo porque lo conocía, también por comentarios que soltaba de vez en cuando e incluso fotos con autos de lujo durante su estadía en aquel país.

Me aterrorizaba pensar lo que podía pensar si lo veía manejando de nuevo, Nao había tenido el peor accidente de auto que cualquiera de nuestros amigos, casi le había costado la vida cuando un conductor de camión se había pasado un semáforo y se había estrellado directo contra su Lotus. Aún recordaba todas esas semanas de incertidumbre cuando lo visitaba en el hospital, mientras se debatía entre la vida y la muerte; tanto tiempo después, mi novio parecía ansioso por volver a subirse a un auto y arriesgar su vida.

2Fast, 2Beautiful [The Gazette]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora