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 Uruha

Despertar fue como sentir que me habían arrollado una y otra vez, me dolía todo el cuerpo, sin mencionar el dolor punzante en mi costado, donde presumía había entrado el cuchillo. De eso no recordaba mucho, solo recordaba haber visto a Shou antes de caer inconsciente, no recordaba haber llegado al hospital, nada, solo ruidos que parecían meros recuerdos o sueños aleatorios. Traté de moverme pero cada uno de mis músculos protestó, así que opté solo por abrir los ojos, pensé que tendría un tubo en la garganta, pero solo estaba el respirador en mi nariz.

Giré los ojos tratando de ubicarme, definitivamente era una habitación de un hospital, con un poco de esfuerzo logré girar mi cabeza hacia un pequeño sillón que supuse era para las visitas, encima de este había una gran ventana que me dejaba ver a la habitación contigua, por un momento pensé que mi cabeza me engañaba pero al forzar la mirada me di cuenta que la persona al otro lado era Reita. Tora estaba recargado en la puerta mientras hablaban de algo, no sabía que había ocurrido por su expresión, no era nada bueno, esperaba que todos estuvieran bien. Mi vista se dirigió nuevamente al sillón, donde Yuu dormitaba, sonreí por puro instinto, verlo ahí me hacía pensar que todo estaba bien.

—Yuu —lo llamé con voz rasposa, no quería despertarlo pero supuse era lo mejor.

El pelinegro se despertó de inmediato al escuchar su nombre, se levantó con una velocidad espectacular y en menos de un parpadeo ya estaba a mi lado, acariciaba mi cabello con suavidad mientras sonreía aliviado.

—¿Estás bien? —Me preguntó presionando el botón que llamaba a los doctores.

Fue sorprendente la velocidad en la que se presentaron, con un guardia de seguridad incluido; Tora y Reita se asomaron por el sonido parecían alterados, se tranquilizaron de inmediato.

—¿De qué me perdí? —Pregunté mientras unas enfermeras revisaban mis signos vitales, el suero y demás cosas de protocolo.

Yuu sonrió de forma lastimosa—. ¿De verdad quieres saber? —Dijo con temor.

Suspiré mientras la enfermera me daba indicaciones para no moverme y me decía que volvería con un poco de comida para intentar hacerme comer. Una vez que se marcharon tanto ellas como los doctores me giré hacia mi novio.

—Dime todo antes de que se ponga peor, porque algo me dice que vamos en picada.

Yuu se recargó en el sillón dejando caer su cabeza sobre el respaldo—. Toshiya trató de matarte, ve tu a saber como logró meterse al hospital, te inyectó una dosis letal de morfina. ¿Sabes? Muy pocas veces he pensado que iba a perderte, esta no fue una de ellas —se rió—. Estaba tan enfocado en darle su merecido, que no sentí en ningún momento que ibas a rendirte, sabía que no te irías de esa forma.

Sonreí sin decir nada. Después de eso procedió a contarme lo que había pasado en la carrera, la persecución que había sufrido, como Kazuki le había avisado que corría peligro y finalmente, el desastre familiar. Pude ver como le costaba explicarme como nuestra madre lo había chantajeado para fingir su linaje, la forma en la que había tenido que hablarle a nuestro padre para pedirle sangre para mi y como Sakito lo había ayudado con todos sus miedos por hacer algo ilegal.

—Lo siento —dijo al final—, no quería que esto interfiriera con nosotros, no quería decirte porque... —levanté la mano para que se callara, cosa que hizo de inmediato.

—¿Sientes no decirme que en realidad somos medios hermanos? —Sonreí—. Bueno supongo que confirma que tenemos a la peor madre de la historia, y eso explica muchas cosas, ¿no? Ella proyectaba el odio por nuestro padre en mi, por eso no soportaba verme. Tengo dos preguntas —fruncí el ceño, Yuu dejó que continuara—, ¿quieres saber quién es tu padre?

2Fast, 2Beautiful [The Gazette]Where stories live. Discover now