No. 4 || Detention Day 2: Responsibilities.

7.3K 649 195
                                    

Entró de un salto por la ventana y se dirigió hacia su armario.

Contrario a la creencia común, el oscuro y ajustado traje cayó fácilmente por sus hombros y se deslizó a través de sus piernas como si de agua se tratase. Cada parte de piel tostada que se iba revelando tenía una que otra contusión. Esa noche no había habido criminales particularmente malvados en Gotham, pero sí estúpidos.

–¿A quién recórcholis se le ocurre construir un robot gigante sobre un edificio? –se quejó, mientras un poco de escombro caía de sus cabellos azabache al suelo–. Creía que el rollo de querer dominar al mundo con robots ya había pasado de moda.

Abrió uno de los cajones de su ropero y sacó su botiquín de emergencia. Sentado en la orilla de la cama, comenzó a cerrar sus heridas, andando aun en paños menores.

–Es preocupante la facilidad con la que alguien podría ocultarse en tu casa sin que lo notes, Grayson –las pequeñas manos presionaron una delgada navaja contra su garganta. La respiración de su atacante le hacía cosquillas en la nuca.

Dick no se inmutó.

–Pues a mí me preocupa más la facilidad con la que amenazas a las personas con objetos punzocortantes. Es enserio amigo, me vas a terminar de matar un día de estos.

La navaja desapareció de su cuello. Con un mortal bastante impresionante, Damián se lanzó hacia el frente para quedar cara a cara con Dick.

–¡Te lo mereces! –exclamó, llevaba puesto un pijama de gatos negros y pantuflas de peluche. La navaja había desaparecido misteriosamente de su mano– ¡Mandaste a Todd por mí a la escuela!

Dick se mordió el labio inferior. 

–Dije que lo compensaría... –trató de excusarse, nervioso. 

–¡Esta noche! ¡Dijiste que lo compensarías esta noche y no llegaste!

Dick suspiró y bajó la mirada, culpable.

–Lo lamento, de verdad tuve una noche de locos ¿sabes? Y... –guardó silencio un momento–. Lo siento –dijo finalmente–. Por favor, perdón –Dick levantó sus ojos, azules como el océano, y Damián sintió cómo algo de su enfado se iba al ver la genuina disculpa en ellos.

No obstante, no fue suficiente.

–De cualquier manera –continuó con el ceño aun fruncido– ¿Por qué no llegaste a la mansión?

–Oh, sobre eso... es solo que no creí que llegar en estas condiciones haría muy feliz a Alfred. Él probablemente me habría confinado a la cama por al menos dos semanas de verme así –río–, ya sabes cómo es.

Damián hizo una mueca. Muy en el fondo, él era consciente de que no tenía ningún derecho de estar interrogando a Richard de esa forma, el mayor podría echarlo de su departamento si quisiera, o podría sencillamente decirle que no se entrometiera en cosas de adultos. Porque eso era Dick: Un adulto. Algo despistado, bastante inocente y fácil de engañar, sí, pero lo era. Y los adultos están llenos de responsabilidades, de cosas que son más importantes que otras, más importantes que él. 

Damián bajó la mirada ¿Y si algún día Grayson se convertía en un adulto de los de verdad? ¿Qué pasaría si todas las obligaciones que tienen los adultos, un día se hicieran demasiadas? ¿Demasiadas como para no dejar ni un hueco disponible para él en la vida de Richard?

–Damián –Dick le llamó, su voz sonaba como si lo hubiera estado haciendo desde hace un rato. Damián levantó la mirada– ¿Estás bien, amigo? –Dick se acercó un poco más a él, colocando con cuidado ambas manos tras sus orejas en una caricia fraternal. 

–Estoy bien –respondió Damián, osco, más sin retirar el tacto del mayor.

Dick le observó unos segundos sin creerle para luego asentir, mientras suspiraba. 

–Eso es bueno –dijo, incorporándose–. Entonces –canturreó más animado, alzando una ceja– ¿Te quedas aquí hoy? –palmeó su cama destendida, sonriendo– Mi cama es bastante grande para ambos. 

–También debe serlo para las ratas que tienes entre tu desastre –respondió Damián, con una mueca de asco, para comenzar a subir por el colchón de cualquier manera. 

Dick río entre apenado y divertido, cortó la venda que se había estado colocando alrededor del torso y la aseguró rápidamente con un trozo de cinta quirúrgica. Damián ya había limpiado un trozo de la cama lo bastante grande y se había acostado en su lugar con las mantas perfectamente lisas, cubriéndole hasta la cintura. Dick se arrojó a su lado sin quitar nada, soltando un suspiro de placer. Estaba tan agotado.

–Hey, Dami ¿Qué te gustaría hacer mañana? –preguntó, acomodándose contra la almohada.

–¿Mañana? ¿De qué hablas?

–Te lo debo ¿no? Dije que te compensaría –aclaró– ¡Mañana tendremos un día genial! ¿A dónde te gustaría ir? ¿Helado? ¿Pizza? ¿Parque? ¿Los tres?

–¿No tienes un trabajo, Grayson? Es miércoles, no puedes simplemente no presentarte –Damián se obligó a decir aquello con frialdad, a recordarle a Dick que él tenía otras cosas qué hacer, otras... responsabilidades.

–Pedí el día –respondió Dick con sencillez, mientras colocaba un brazo por encima de Damián–. El único trabajo que me interesa hacer bien es ser un buen hermano mayor, lo demás siempre puede esperar.

Damián se congeló en el abrazo al escuchar esas palabras, su rostro había quedado por encima de la cabeza de Dick, mientras este acomodaba su mejilla contra su pecho de manera juguetona. Agradecía que el mayor no pudiera ver su rostro, no sabía qué clase de expresión tenía ahora mismo, sentía la garganta hecha un nudo y los ojos extrañamente irritados. Parpadeó un par de veces, negando con la cabeza para espabilar, y sorbió su nariz con dignamente, antes de responder. 

–Podría vomitar por lo cursi que eres –dijo con su mejor voz de indiferencia. 

–¡Pero si yo solo te quiero dar amor! –exclamó Dick en protesta.

–Haz favor de guardar silencio, Richard, necesito descansar... Mañana será un gran día ¿No es verdad?

Dick sonrió.

–Definitivamente.

Damián sonrió de igual manera, mientras dejaba que su cuerpo se hundiera completamente entre los edredones y el abrazo de su hermano. 

Dick le apretó un poco más contra sí, como si de un oso de felpa se tratase. Damián se lo permitió. El mayor no tardó en comenzar a roncar debido al cansancio, Damián también se quedó dormido pronto, le esperaba un gran día a la mañana siguiente, lleno de responsabilidades qué atender. 

Batfamily One Shots || Son AdoptadosWhere stories live. Discover now