Batfamily One Shots || Son Adoptados

Happy Halloween Pt. 2 || What a full lips your have

NOTA: Por ahí vi que querían hace mucho la parte dos del especial de Halloween y como ando con el ánimo un poco oscuro el día de hoy, decidí escribirla. 

ADVERTENCIA: Este puede ser un poco más oscuro de lo que suelo hacer, estoy experimentando con varios estilos y tipos de tramas. Lo siento si es un poco... perturbador.  

***

Las manos pálidas se aferraron a su pelaje negro. La sangre resbalaba de la parte de arriba de su frente. El lobo recordó la manera en que la frágil figura cayó por los matorrales, rodando por el risco, cayendo directamente a sus pies hace apenas unas horas.

–Ah, ah –apenas jadeó. Sus ojos azules, inexpresivos, muertos por el abuso que aquel pajarraco había infligido a lo largo de su piel blanca. Rompiendo, desgarrando–. A-ayuda... –y esas fueron todas sus palabras, antes de desplomarse en el suelo.

Jason levantó la vista hacia el cielo. La neblina cubría el bosque, el follaje verde olivo y seco olía a canela y manzana dentro de alguna casa de madera fina. Jason conocía bien ese olor. Apretó sus garras contra el suelo. Acercándose, la voz del pájaro emitió este estridente sonido, anunciando que venía.

–¡Jason! –exclamó, campante, al tiempo que aterrizaba en las ramas de un viejo árbol seco del lugar– Veo que encontraste a mi presa –dijo–, una pequeña alimaña mucho más complicada de manejar de lo que creí, pero... eso siempre puede arreglarse –y la sonrisa que mostró fue tan antinatural a los ojos de Jason, al igual que ellas, las criaturas que rondaban el bosque en la oscuridad.

La silueta del humano se removió al oír la voz del pájaro.

"Así que, no esta inconsciente" Jason pensó, observando a la desafortunada presa comenzar a gemir. Su cuerpo, tan igual al de las muñecas de porcelana parecía quebrado, y la visión de sus dientes destrozando lo poco que quedaba de él inundó su mente por un momento.

–No sabía que jugabas tanto con tus bocadillos –el lobo observó, al tiempo que el pájaro volaba hasta posarse sobre su presa.

–Normalmente, no lo hago –la pequeña bestia admitió. No obstante, Jason se daba cuenta al tenerlo de frente, que no era pequeña en lo absoluto. En un momento, la figura del ave se convirtió en una especie de hombre. Labios manchados de sangre, ojos hundidos y dientes rotos que parecían inhalar y exhalar por sí solos–. Es solo que este lo requiere tanto... –urgió, la desesperación haciendo a sus garras temblar, al tiempo que se incrustaban sobre la tela roja sobre la espalda.

La pequeña muñeca de porcelana gimió, sin embargo, sus ojos ya no sufrían, solo miraban a la nada. Ausentes, rendidos. Jason pensó en que el pájaro había hecho un buen trabajo rompiéndolo, pero, había más que él podía hacer ahí.

–Deberías ser más cuidadoso –el imponente lobo opinó. Su cuerpo tomando la forma de un hombre, dirigiendo sus orbes serias y profundas hacia arriba para mirar al pájaro–. Sería una pena que rompieras... esa preciosa capa roja.

Entonces, el hombre-pájaro sobre el chico sonrió. Sus ojos llenos de astucia. Y es que, los monstruos reconocen a los monstruos, y los orillan a ser peor; porque corromper, pervertir, ese es todo su propósito.

–¿Tal vez tú quieras jugar con la presa también? ¿Huh, Jason? –inquirió y se hizo a un lado, bajando de encima del joven para permitir que el otro hiciera sobre él.

Jason casi sonríe ante eso.

–Yo no soy como tú –dijo, una de sus botas de cuero negro posándose ruda sobre la mejilla del muchacho, presionando. Humillando. El joven apenas y reaccionó.