No. 8 || I know you want to leave

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A Damián no le importaba Tim. Había perdido ya la cuenta de las veces que había tratado de asesinarlo desde que se conocieron, pero podía decir que al menos el día de hoy, ya llevaba tres.

Tim esquivó la última cuchilla que el robot de entrenamiento lanzó hacia él poco después de enloquecer misteriosamente, y suspiró. 

–Iré a descansar un poco –anunció, al tiempo que tomaba las cosas que había llevado a la baticueva para entrenar. Apagó el sistema de simulaciones y emprendió su camino hacia la mansión.

Damián esperó a que él se fuera para salir de su escondite. Bruce y Jason estarían patrullando ahora mismo, mientras que Dick no se encontraba en la ciudad. Esta era una de esas raras y preciosas ocasiones en las que las probabilidades de Damián de lograr alcanzar su objetivo llegaban a los cielos. Y su objetivo era: Borrar de una vez por todas a Timothy Drake de la faz de la tierra.

Con cuidado de no ser atrapado por Alfred, Damián siguió sigilosamente los pasos de Tim a través de la mansión. Los pasillos se hallaban iluminados tenuemente, el silencio lo inundaba todo.

–¿No puedes darme un respiro? –Tim se detuvo frente a la puerta del baño de la planta alta. Su voz sonaba hastiada.

–Solo que te refieras a un último respiro –puntualizó Damián sin salir de la sombra del pilar tras el que estaba oculto.

–Lo que sea –repuso Tim, su vista estaba fija en la madera–, solo no quiero morir desnudo.

Damián meditó las palabras de Drake por un segundo antes de responder.

–Soy un asesino piadoso, Drake, así que acepto conceder tu petición. Espero tus agradecimientos más tarde –dijo, al tiempo que se daba la vuelta aun entre las sombras.

Su capa susurró en la oscuridad, mientras se alejaba en la dirección opuesta por el pasillo. Tim observó su andar de reojo por un segundo, antes de suspirar.

–De cualquier manera ¿Por qué se pone el traje de Robin para asesinarme? –se preguntó– ¿Será algo simbólico para él? –sopesó posibilidades un instante, mientras entraba al baño.

Al final, se dio por vencido y le dejó ser. Abrió la llave de la regadera, observando la caída de agua, mientras esperaba a que esta se calentara lo suficiente para entrar en ella.

El vapor comenzó a salir de la ducha. Tim se giró alerta al ver por el rabillo del ojo que algo se movía entre los fantasmas blancos provenientes del agua caliente; se trataba de su silueta borrosa reflejada en los azulejos de la pared. Sus ojos hundidos le regresaron la mirada. Él no tenía un cuerpo curvilíneo como el de Dick, o musculoso como el de Jason. Tim era solo una triste mierda anémica de catorce años que, aparentemente, había perdido otros cinco kilos en la última semana.

<< ¿Cuándo fue la última vez que comiste? >> sus hermanos mayores le preguntaban siempre.

<< Ayer por la tarde >> respondía cada vez, pero lo cierto era que usualmente solía referirse al mismo ayer de semanas atrás. De cualquier forma, nadie parecía notarlo.

Probó el agua con el dorso de su mano, antes de colocar todo su cuerpo bajo la corriente. Su piel se estremeció con el radical cambio de temperatura. Automáticamente, pensó en Jason. De todos, Jason era la persona que mejor lo comprendía. Él sabía lo que era sentirse no querido, lo que era sentir todo el tiempo que no eres lo suficientemente capaz de llenar los zapatos que otra persona te dejó.

Tim sacudió la cabeza. No le gustaba pensar en los roles que cada quién ocupaba en la familia. Los cuatro hermanos habían portado el mismo manto, habían tenido un mismo deseo y servido a una misma causa.

Batfamily One Shots || Son AdoptadosWo Geschichten leben. Entdecke jetzt