Fuego seria la mejor descripción.
Esa sensación tan única, tan calurosa y afectuosa era algo que solo encontraba en Rick Grimes, en cada toque, cada beso e incluso cada mirada, sentía mi cuerpo desfallecer.
Una sensación que amaré hasta el fin de...
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- Rick - susurro entre sus labios, tratando de separarlo de mi cuerpo - Alguien vendra, basta
- No te vi en toda la mañana ¿Puedo disfrutar de ti otro poco mas, Jane? - dice con gracia, moviendo un mechón que el mismo ha desacomodado.
Explicar como comenzó seria, aparte de largo y tedioso, algo bastante inefable.
Aún recuerdo la primera vez que lo vi. Con su uniforme de poli, bajando de ese camión bajo el apodo de "Hombre Helicóptero" cortesía de Morales. Me pareció tierna la forma en que abrazó a su mujer y su pequeño hijo. Claro que en ese entonces todo era diferente.
Tenía 18 y apenas y sí hablaba con Glenn. Jamás fui sociable, considerando el hecho de que me crie en una choza de mala muerte, aislada de casí todo. Las primeras palabras que cruzamos fueron insultos de mi parte por la mierda que hizó estando en Atlanta, amarrar a Merle a la azotea.
El viaje a sido largo, pero he de admitir que ha valido la pena. Llegar a el hogar que tenemos ahora y que hemos formado apensar de tener que enfrentarnos a un tuerto es horrible, pero enos aqui.
- ¿Cómo esta Daryl? - cuestiona Rick, saliendo del establo unos segundos después.
- Esta bien, eso creo - murmuro cabizbaja - Sabes que no habla mucho, nisiquiera conmigo.
- Saldrá hoy a ese lugar grande - dice de pronto, caminando hasta quedar detrás de mi y colar sus manos a mi cintura aprovechado que el caballo cubre nuestros torsos - Podriamos salir un rato
- Suena bien - murmuro girando mi cabeza sobre mi hombro recibiendo un pequeño beso en la mejilla - Si es que mi pesado lider no me deja más tarea como cepillar al caballo o alimentar a Violet - me quejo divertida.
- Hey, tienes que contribuir a la comunidad - dice en broma, rodeando al caballo para salir. Lo sigo por detrás después de dejar el cepillo en su lugar y cerrar para que no salga - Son las reglas
- Reglas - bufo encojiendome de hombros, para luego dirigir mi mirada a donde él, viendolo sonreir.
Mierda, se ve tan lindo.
Su mirada conecta con la mia, y ambos nos sonreimos como de costumbre cuando estamos lo bastante lejos de los demás.
O eso pensé.
- Rick - la voz de Lori llama nuestra atención. Ella se acerca con la pequeña Judith en brazos, observando todo con atención.
Y esa es la señal para irme ya que apenas puedo ver a su mujer a los ojos sin sentirme mal.
Aun cuando ella haya sido una zorra tambien.
- En fin, dejar de ser un imbecil no te mataría - digo de mala gana hacia Rick, dando la vuelta para irme.
Actuar como si pensara que Rick es la peor mierda del mundo es agotador, pero es algo que acordamos apenas empezó esto. Se que él y Lori ya no estan juntos, pero aún así estan Carl y Judith, quienes no se merecen ver esto. Al menos no por ahora. Tengo presente que ella no ha sido una santa, y se que no me hace mejor persona hacer lo que hago con su esposo, pero de una forma siento que se lo merece.
El claxon de la única moto llama mi atención, para posteriormente verlo hacerme una señal de que me acerque. A medida que me acerco logro verlo mejor, vistiendo su clásico chaleco negro con alas, viendose sumamente intimidante.
- ¿Segura de que te quedarás? - dice apenas me ve.
- Lo estoy - le digo sonriendo - Veré en que ayudar aquí.
- Bien - dice no muy convencido - Es imposible entenderte Janie.
- No me llames así - le digo levemente sonrojada.
- ¿Ya se irán? - la gruesa voz de Rick llama nuestra atención, y gracias a Dios viene solo.
- No, pensaron que sería buena idea estacionarse justo enfrente de la entrada - digo sarcástica.
- Jane - me reprende con enojo, dado que odia que actue así con Rick.
Y tambien lo hago.
- Iré a revisar las trampas - le dice el sheriff a su amigo.
- Deberías ir con él y aprender a cazar de una buena vez, Jane.
- Si, suerte con eso.
El motor dela moto resuena por el amplio lugar. Ambos hombres estrechan sus manos varonilmente, despidiendose por un par de horas.
- Ten cuidado.
- Lo tendré. Estate tranquilo, papá - él asiente, mirando a Rick una última vez antes de partir junto con los demás.
Poco a poco el auto y la moto salen de la prisión, con ayuda de Carl quien les abre la reja para luego volver a cerrarla.
- ¿Tienes que ser tan horrible conmigo? - cuestiona una vez que estamos solos, haciendo un tierno puchero - Dixon tenías que ser.
- Cierra la boca
✒Últimamente me siento más atraída hacia el Ricardo Grimes, no entiendo por que :v
Descuiden, se pasara pronto. Siempre se me pasa. Tal vez en una semana tenga una obsesión por Jesus. No lo se, soy rara.
Espero les guste, y amen al Ricardo tanto como sho c:
