Fuego seria la mejor descripción.
Esa sensación tan única, tan calurosa y afectuosa era algo que solo encontraba en Rick Grimes, en cada toque, cada beso e incluso cada mirada, sentía mi cuerpo desfallecer.
Una sensación que amaré hasta el fin de...
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Abro mis ojos con lentitud, pestañeando varias veces al sentir la luz en mi rostro. Tallo estos con pereza, maldiciendo el dolor en mi cabeza ahora mismo. Miro el lugar donde estoy, sorprendiendome pues mi cama no es matrimonial.
Bien, esta no es mi habitación.
Me siento en la cama, reconociendo al instante donde estoy. La habitación de Rick.
Ay Jane ¿Que hiciste?
Estoy conciente de que he bebido de más anoche, cosa que no debí hacer pues al ser mi primera vez no supe cuando parar. Y ahora estoy aquí, sin recordar lo que paso anoche, con un fuerte dolor de cabeza.
¿Por que la gente bebé? Es horrible.
Brinco en mi lugar al escuchar la puerta del baño abrirse, viendo a Rick salir de este, secando su cabello con una toalla. Viste una camisa beige de botones con las mangas arremangadas hasta los codos, con sus vaqueros negros y descalzo todavia.
- Hey, buen dia - dice sonriendo, colgando la toalla en el respaldo de una silla, dejando sus rizos húmedos y despeinados por sin ningun lugar - Es para ti.
Con su mentón señala el buro de mi lado, y apenas me percato de que hay un vaso con agua y dos pastillas blancas en el.
- ¿Que hice anoche? - susurro un tanto preocupada, pues si estoy conciente de que bebí de más, por los estúpidos celos.
- No paso nada si es lo que te preguntas - dice Rick sentandose a los pies de la cama. De la almohada a mi lado toma una camisa negra, que reconzco al instante por que la llevaba puesta ayer - No queria que te arrepintieras en la mañana.
Tomo la prenda, pasandola por mi cabeza, cubriendo mi desnudez. El aroma a alcohol me llega enseguida, causandome algo de nauseas.
- Perdona - susurro avergonzada. Tomo las pastillas del mueble junto al vaso de agua, las pongo en mi lengua y con un pequeño trago basta para poder pasarlas por completo.
- Esta bien, Janie - dice comprensivo.
- No lo esta, no debí beber así anoche - murmuro avergonzada. Mi mirada cae a un lado, viendo que el cobertor esta acomodado a la perfección - ¿Dormiste aquí anoche?
- No - responde él con una pequeña sonrisa - Dormí en el sófa.
Con su mentón me señala un pequeño sófa individual junto a la ventana, donde hay una colcha doblada a la perfección.
Mierda ¿puede ser más lindo?
- ¿Por que no dormiste conmigo? - susurro mirando mis dedos, los cuales entrelazo con nervios.
- Queria respetar tu espacio Jane, no quiero hacerte sentir incómoda ni mucho menos - dice comprensivo - Le he dicho a tu padre que te quedaste donde Tara, para que no te armes problema.
