Fuego seria la mejor descripción.
Esa sensación tan única, tan calurosa y afectuosa era algo que solo encontraba en Rick Grimes, en cada toque, cada beso e incluso cada mirada, sentía mi cuerpo desfallecer.
Una sensación que amaré hasta el fin de...
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Me remuevo lentamente en la cama al sentirme del todo despierta. Estiro mi brazo, buscando su cuerpo en la cama llevandome la sorpresa de que esta vacía. Al girar mi cuerpo lo confirmo, Rick no esta.
Me siento en el suave colchón cubriendo mi desnudez con la sabana admirando todo el desastre que dejamos anoche. Sonrio inconcientemente recordarndo todavia las multiples sensaciones que experimente ayer, sonrojandome yo misma.
Me pongo de pie, tomando mis bragas del suelo para luego colocarmelas. Miro su camisa en el suelo y con una sonrisa totalmente idiota y enamorada, la tomo pasandoma por mis brazos, aspirando su caracteristico aroma mientras cierro los botomes hasta cubrir mis pechos y un tanto abajo de mi trasero. Salgo de la habitación llendo directo a la cocina, sonriendo al verlo con su torso desnudo preparando algo.
Esta dandome la espalda permitiendome ver esa cicatriz suya junto con algunas otras, incluyendo los leves rasguños que han venido de mi parte.
- Buenos dias - digo llamando su atención mientras avanzo hacia él.
Suelta un suspiro repasando mi cuerpo son su mirada, psando su lengua por su labil inferior antes de sonreirme.
- ¿Quieres matarme de un infarto, nena? - murmura con la voz ronca, apegandome a su cuerpo al instante. Su mano acaricia mi cintura por encima de la tela, mirandome de una manera que bien podria matarme ahora - ¿Que hice para merecerte?
- Eso me pregunto yo - le respondo, colocandome de puntas para besar sus labios.
Me sonrie al separarnos, alejandose un poco de mi para ir cerca de la estufa, de donde toma un plato con fruta picada y gira a verme, tomando mi mano.
- Te preparé el desayuno - dice jalandome hasta dejar el plato en la mesa y posteriormente mover la silla para que pueda sentarme.
- No era necesario, Rick - le digo muriendo de la ternura.
- Lo que sea para mis niñas - responde besando mi frente antes de dirigirse a las gabetas otra vez.
- Judith se pondra celosa - le menciono riendo, tomando un pequeño pedazo de manzana.
- Le hice el desayuno antes, creo que lo entenderá - dice él regresando, con un vaso de agua para mi - Además necesito que comas bien por que saldremos hoy.
