Fuego seria la mejor descripción.
Esa sensación tan única, tan calurosa y afectuosa era algo que solo encontraba en Rick Grimes, en cada toque, cada beso e incluso cada mirada, sentía mi cuerpo desfallecer.
Una sensación que amaré hasta el fin de...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La puerta de la habitación se abre de pronto y por esta atraviesa papá con una leve sonrisa. Le sonrió de vuelta, mientras veo como se hace de lado, permitiendome así ver a Tío Merle.
Papá dijo que estaba fuera el día de ayer y que era probable que hoy regresará al Santuario. Tio Merle avanza rápidamente hasta arroparme en sus brazos elevando levemente mi cuerpo haciendo que mis pies dejen el suelo unos segundos.
- Jane - dice alegre - Por la mierda, cuanto te extrañe.
- No digas palabrotas frente a ella, los bebés escuchan - se queja papá aún desde la puerta, haciéndonos reir.
- De acuerdo - dice Tío Merle rodando los ojos - Esperaré a que nazca para enseñarle a insultar como camionero.
Ambos reimos mientras papá rueda los ojos con diversión, cerrando la puerta detrás suyo. Se acerca a donde nosotros, abrazandome por los hombros, viéndose totalmente feliz.
- Va a quedarse un poco más, tiene que reposar - le dice papá a Tío Merle.
- ¿Qué hay del comisario amigable? ¿No estará preocupado? - dice mi tío.
- No - respondo antes de papá - Todo esta en órden.
Papá sabe que algo anda mal pero aún así se ha mostrado paciente y no ja tocado el tema otra vez, cosa que me impresiona pues el no suele ser de esa manera.
- Iré a traerte algo de comer - anuncia papá besando mi sien.
Se separa de mi para luego dirigirse a la puerta y posteriormente salir de la habitación. Me siento en la cama junto a mi Tío Merle, quien lo sigue con la mirada hasta que ya no podemos verlo más.
- Jamás lo había visto tan feliz - dice mi tío, sonriente - ¿Qué te hizo volver?
- Negan me trajo aquí cuando comencé a sentirme mal - le digo desviando la mirada.
- ¿Seguías viendo a Negan aún cuando estabas haya con el policía amigable? - cuestiona confundido.
- No - respondo - No, fue una equivocación. Comencé a sentirme mal y el me trajo aqui.
- Bueno, fuese como fuese, me alegra que hayas vuelto, enana - admite el, rodeandome con su brazo en un tierno abrazo. Aunque es el quien se separa, para luego ponerse de pie - Casi lo olvido.
El se aproxima a una de las gabetas de la habitacion, rebuscando algo entre los cajones. Al encontrarlo, gira hacia mi con el objeto en sus manos, haciendome sonreír realmente feliz.
