Fuego seria la mejor descripción.
Esa sensación tan única, tan calurosa y afectuosa era algo que solo encontraba en Rick Grimes, en cada toque, cada beso e incluso cada mirada, sentía mi cuerpo desfallecer.
Una sensación que amaré hasta el fin de...
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Sonrio con ternura al ver sus finos labios entre abiertos dejando salir aire. Sus largas pestañas resplandeciendo gracias a la poca luz que entra por la ventana, que hace brillar tambien su barba, y sus vellos en el pecho.
Se ve tan tranquilo, tan pacifico. Podria mirarlo todo el día si pudiera.
Llevo uno de mis dedos a su cara, comenzando a acariciar su barba con lentitud. Su naríz se retuerce con ternura a la vez que su cuerpo se mueve un poco. Guio mi dedo hacia su bigote, para luego tocar su labio inferior, el cual tiene una pequeña cortada pues lo mordí bastante fuerte anoche.
Ups.
Chillo aterrada cuando de la nada sus dientes atrapan mi dedo con poca fuerza.
- Me matas del susto - le reclamo entre risas.
- Tu estabas manoseando mi cara, es justo - me reclama él, girando su cuerpo desnudo hacia mi. Sus ojos me miran confundidos unos momentos hasta que vuelve a hablar - ¿Por que estas vestida?
- Tengo algo que hacer hoy, lo habia olvidado - le explico - Saldré con Maggie, Glenn y...y vamos a ir por algunas cosas - titubeo, aunque parece no notarlo lo cual agradezco.
- Bien - dice sin más - Pero antes, dame los buenos dias como se debe.
Antes de poder decir algo, acorrala mi cuerpo entre el suyo y el colchón, juntando sus labios a los mios. Sus manos sujetan mi cintura con firmeza, mientras sus finos labios se mueven con ternura sobre los mios, como siempre.
Me sonrie al separarnos, para luego ponerse de pie. Y aun cuando conozco cada parte de su cuerpo, desvió la mirada pues aun me sonrojo al verlo desnudo frente a mi.
- ¿Harás algo hoy? - le cuestiono manteniendo mi vista en mis dedos, escuchando como abre las cajoneras.
- Vigilancia, supongo - dice indiferente.
Me pongo de pie, y comienzo a moverme por esta hasta que el termine. Lo miro despistadamente, viendo que ya tiene sus vaqueros negros y su camisa a cuadros, abierta aún, por lo que puedo ver su abdomen.
- ¿Disfruta de la vista, señorita Dixon? - cuestiona divertido, abrochando su cinturon
- Bastante, señor Grimes - le digo igual, recargandome en la pared.
Cuando termina, avanza hacia mi aun sin colocarse sus botas. Coloca su mano a un costado de mi rostro, acorralando mi cuerpo entre él y la pared.
- ¿Nos vemos hoy en la torre? - susurra con la voz más ronca de lo normal, acercando su rostro al mio, rozando su naríz contra la mia con suavidad.
Asiento totalmente perdida en sus bellos ojos, antes de que sus labios vuelvan a atrapar los mios con delicadeza.
