capítulo 16. secretos

6K 361 27
                                    

¿Sumisa? ¿Quien diablos es este hombre?
Lo miro sorprendida y el solo se queda callado.

- ¿A qué te refieres con eso?- le pregunto.

- ¿Qué no sabes nada?¿Vivías encerrada o que demonios pasa contigo?- me pregunta molesto.
Agacho la mirada y suelto en un suspiro.

- ¿Qué no sabes nada de sexo?-me pregunta acercandose.

- Si se- le respondo molesta esta vez levantando la mirada, desafiándolo.

- No me mires así- me ordena señalandome con el dedo.

- ¿Y tú quién eres para darme ordenes?- le pregunto aun más molesta. No se de donde sale todo esto, mi cuerpo no es el mismo, mis pensamientos no son los mismos.

¿Qué me está pasando?

- No debí contarte nada, porque al parecer eres una mojigata, que no sale de sus faldas de encaje y arco iris- me responde intentando lastimarme.

- Pues al menos, no soy de ese tipo de chicas que se exponen completamente desnudas ante una cámara con un hombre que solo piensa en lastimarla para su placer- le digo y salgo a toda prisa de su oficina. Entendera el mensaje; primera, si se de sexo, segunda, no soy una cualquiera.
No quiero ir a mi habitación, sería demasiado simple; no puedo ir al bosque, Dominnick saldría tras de mi en cuanto me escuchase en la cocina. Necesito estar sola, sin nada de lo que pase a mi alrededor. Solo se de un lugar, la habitación de Anabelle.

Camino a toda prisa y subo las escaleras; entro rapido a mi habitación y tomo mi libreta, para despues salir de nuevo.
Corro por el pasillo, y abro la puerta, dispuesta a no bajar en un largo tiempo.
Minutos después, llego la puerta que esta al final de las escaleras, esta ves no senti que fuesen tan largas como la primera vez que vine.
Abro la puerta de la habitación y me adentro en ella.
La veo con atención, sigue estando igual, las esposas en la cama, los aruñones en el piso, el ropero con los trajes y el tocador con la fotografía de ella y Dominnick.
Camino hacia la cama dejando la libreta en la mesa de noche y me siento, recordando lo asustada que estaba al entrar aqui por primera vez.

- ¿Dónde diablos estás Leisy?- me pregunto a mi misma y sujeto mi cabeza con mis manos.

- Me tengo que ir, no puedo seguir aquí, no me arriesgaré a caer en el juego de Dominnick - digo segura

- En eso te equivocas, tu ya caiste en su juego...
- Claro que no...
- Estas hipnotizada por este hombre, su rostro, su cuerpo, todo el, te esta metiendo lujuria y deseo al cuerpo...
- Entonces me iré...
- No lo harás, lo deseas, eso superará tu miedo a lo que es, por que es lo que tienes, miedo, como siempre...
- No es verdad...
- Sabes que si, así que deja de hacerte la de la vista gorda y acepta que lo deseas...
- Pero...

En eso escucho que tocan la puerta y abro los ojos como platos.

- ¿Puedo pasar?- me preguntan. Se que es Dominnick.

Rayos, ¿cómo me encontró? ¿Me puso un rastreador en el cuerpo?
Al verlo cruzar la puerta me quedo completamente helada.

- ¿Con que la encontraste no?- me pregunta señalando la habitación.
Lo observo, mi mente está totalmente en blanco.

- ¿Encontraste las fotografías verdad?-me pregunta y se sienta junto a mi, dandole un poco de importancia a mi libreta, la cual tomo rapidamente y la abrazo como si mi vida dependiese de esta.

- No sabes cuántos recuerdos me trae esta habitación- me dice y suelta un suspiro.

Me quedo quieta, lista para correr en algún momento.
- Ni pienses en irte, que la puerta tiene seguro por fuera, la cual necesita una llave que yo tengo en el bolsillo- me dice triunfate y se levanta de la cama para ir directo al ropero.

- Demonios - pienso.

- Entendí tu mensaje, asi que, eso me hace pensar que husmeaste por el castillo cuando yo no estuve- me dice en manera de regaño.

- Deja de hablarme como una niña desobediente- le suelto molesta y volteo el rostro para dejar de verlo.

- Pues lo eres, una niña, desobediente, que no sabe seguir unas estupidas reglas - me continua regañando.

- Si son estupidas, ¿Por quey las aplicas? - le pregunto desafiante y me paro para intentar estar casi a su nivel. Lo cual no consigo, sigo siendo pequeña a su lado.

- has cambiado mucho desde que llegaste sabes- me responde y sonrie de lado.

¿Y ahora que tiene este hombre?

- La interrogante es, ¿Seguirás siendo la misma mojigata?- me pregunta y se acerca a mi lentamente.

- No caigas en su juego Leisy...

- Se que me deseas, tu mismo cuerpo te delata, el brillo de tus ojos, tu respiración, tu manera de pasar saliva; te pongo nerviosa- continua diciendome, señalandome con el dedo.
Me quedo callada y lo miro a los ojos, ¿Qué efecto tiene el en mi?
Poco a poco me sostiene de la nuca con una de sus manos y con la otra sostiene mi cintura.

- Eres una chica demasiado inocente, ¿Sabías?- me dice sosteniendome la mirada.

- No soy quien tu crees- le digo y lo tono del pecho.

- Entonces, hazme parte de tus secretos, cuentamelos y yo te contaré los míos, hazme creer que ya no eres una niña - me dice y lo miro confundida.

- ¿Por qué querría hacer eso? Si no somos nada- le contesto.

- Aun - concluye y se acerca a mis labios dando un suave beso, dejándome desear mas, querer mas de el, besarlo salvajemente hasta que pierda el aliento, necesito más de el, mucho más...

Mis secretos, no hay ninguno, solo una tonta chica enamorada del arte, con una extraña obsesion por una clase de libros en particular... Sadomasoquismo erotico.

Si amoWhere stories live. Discover now