capítulo 22. Solo hazme tuya

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Leisy...

¿Qué estoy haciendo? ¿Por qué no corro asustada? ¿Por qué me hace sentir bien al estar en esta situación con el? ¿Por qué me ha hechizado de esta manera? ¿Por qué me pierdo en su mirada?

Dominnick me besa con deseo, como si su vida dependiera de mis besos, como si fuesen el mismo aire.

- ¿Estás segura de esto?- me pregunta entre besos.

Lo miro con devoción, su rostro, sus perfectos labios; su mirada intensa que me hace vibrar.

- Ni siquiera se lo que quiero en este momento- le contesto y suelto una pequeña sonrisa timida.

Esta sobre mi aún, con su cuerpo y su aroma sobre mi, que me invade cada parte de mi ser.

- ¿Por qué no tienes miedo? Creí que eras una niña puritana y  temerosa- me dice y sonrie.

- Digamos que conozco este mundo- le digo moviendo las manos, aún suspendidas por las esposas.

- Eso me parece favorable, aunque me sigue intrigando- me contesta y toma mi cintura, juntando mas mi punto de deseos con su miembro aun acalorado por la situación.

- Dominnick- digo en susurro al saborear el mar de sensaciones que me invadió en este instante.

Poco a poco recorre mis piernas aún vestidas con medias y suelta un suspiro, para después fijar su mirada en la mia.

- ¿Por qué luces tan sexy?- me pregunta.

- ¿Estás bromeando? Nunca eh entrado al concepto de sexy- le digo obvia, poniendo los ojos en blanco.

- Leisy, eres una mujer sexy y hermosa - posa su mano en mi vientre y mi piel se eriza al estar en contacto - nunca lo olvides - concluye y sus ojos se vuelven oscuros, mi respiración se comienza acelerar y su mano comienza a viajar al sur de mi cuerpo.
Comienzo retorcerme chocando las esposas al sentir su mano viajar al sur de mi cuerpo.

Dominnick...

¿Qué diablos estoy haciendo? Esto está fuera de control, ¿Desde cuando me comporto como un capullo con calentura al estar con una chica? Este no soy yo. ¿Qué demonios me estás haciendo Leisy?

- No debe dominarte...
- Su cuerpo es hermoso...
- Dominnick Heinsbek, ¿Te está gustando esta chica?...
- Tiene un toque de inocencia y misterio, es la combinación perfecta...
- No pierdas la cabeza, debes hacerla sufrir por querer hechizarte de esa manera, ella no te merece...
- Ella terminará engañándome...
- Lo hará y no debes dejar que pase..,
- Debo dominarla, le hare entender que sus encantos no hacen efecto en mi...

- ¿Por qué haces esto?- le pregunto y quito mis manos de ella.

La miro y ella encuentra mi mirada, no veo reacción alguna, solo confusión, ni siquiera frustración de no poder sentir algo más; su confusión es inocente, como si no entendiera un problema matemático y lo analizara para resolverlo.

- Dominnick, ¿Podrías destarme? Ya entendí la lección- me dice y me confunde.

- ¿Qué dices?- le pregunto y me levanto de la cama.

- Solo desátame, quiero ir a dormir- me dice neutral, sin expresión alguna.

¿Qué le pasa?

La libero de las esposas y rápidamente busca su vestido, se agacha y dios mio, no debí haber visto esa acción; lo acomoda y se lo coloca, para después tomar su bolso y ponerse frente a la puerta de la habitación.

- ¿Qué te sucede?- le pregunto y me acerco a ella por detrás.

- Dijiste que si te contestaba una pregunta abrirías la puerta, la conteste, ahora por favor dejame salir - me responde sin voltear.

Saco la llave de mi pantalón y la coloco en el picaporte.
Escucho su respiración, esta calmada, sin rastro de lagrimas silenciosas.

- Dominnick, talves creas que soy una niña, pero recuerda, se mucho más de tu mundo de lo que tu crees, no me frustró tu alejamiento, no me lastimó tu cambio de humor, ni siquiera me extrañó, si es lo que esta rondando en tu mente, estoy tranquila - me dice y me quedo boquiabierto. ¿Lee mentes acaso?

- Tienes una guerra en tu interior, lo se , yo también las tengo - vuelve a decirme dando justo en el blanco.
Analizo la situación y segundos después me atengo a una conclusión, Leisy no es la niña que finge ser...

Leisy...

Me estoy muriendo por dentro, al sentir su lejanía mi alma se rompio, al saber que solo me quiere por una estupida obsesión, me duele en lo más profundo de mi ser. Es hora de sacar mi otro yo, ese ladio frío, que ni siquiera yo sabia que lo tenía, sin embargo, una parte de mi ser no deja de pedirme que acepte ser su sumisa, que me entregue en cuerpo y alma a este hombre con un pasado misterioso.

- Es momento Leisy, se su sumisa.
- Pero, ¿Cómo lo hago?...
- Se como el desea que seas, sorpréndelo...

Miro un punto fijo de la puerta, aun con la presión de sus ser detrás mío.
Veo que gira la llave y abre la puerta lentamente, sin embargo, no se quita de su lugar; siento su mirada en mi, que recorre mi cuerpo con pensamientos sadicos en su mente.
Me volteo lentamente y lo miro atentamente.

- Te haz vuelto mi obsesión- le digo con un tono de reclamo pero excitacion a la vez, me acerco a el y enredo mis brazos alrededor de su cuello.

- Leisy - dice en susurro y atrapa mis labios con sus dientes, haciéndolos sufrir, provocando gemidos en mi ser, encendiendo todo lo que yacía apagado en mi interior.
Sus besos se han vuelto mi perdición, el sentir sus manos sobre mi piel me resulta relajante y enloquecedor.

- Leisy, acabas de firmar tu contrato- me dice con voz entre cortada y besa mis labios con rapidez y sin compasión.

- sólo hazme tuya...

Si amoWhere stories live. Discover now