¿Estás bien?

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~Calle~

—¡Danielaaaaaa!—Escuché el grito de Juliana, para después verla en la entrada de la cocina totalmente sorprendida.

Sentí un hueco en el estómago al ver su asombro y al pensar en quién podría haber llegado, dejé los platos sobre la tarja de lavado y caminé hacía mi hermana que aún me miraba atónita.

—¿Quién es?—Decidí preguntar al salir de la cocina.
Al ver que no contestaba caminé con rapidez hasta la sala sintiendo un balde de agua fría sobre mi al notar que no era quién me estúpida cabeza había pensado.

—Dani—Saludo la castaña acercándose a mi para después darme un abrazo.

—Laur, pensé que vendrías hasta el sábado—Correspondí a su saludo aún acomodando todas las sensaciones que traía en mi interior.

—Solo falta un día para el sábado, y por como te escuché ayer creí que podía ser de más ayuda estando contigo, extraño tu mal humor de cerquita—Al terminar de hablar sonrió tímidamente al ver que tanto Juliana cómo mi mamá habían escuchado eso.

—Hoy no tengo mal humor—Me quejé al respecto llevándola hacía el sillón en el cual después de un rato nos quedamos a solas platicando sobre el trabajo pendiente.

—¿Cómo te has sentido?—Preguntó la castaña apenas terminamos de enviar unas cotizaciones vía e-mail.

—Todo bien—Solté sin pensarlo,—No lo se—Reformulé dejando el computador a un lado, —Quisiera decirte que todo está bien pero... Es ridículo, por un momento pasó por mi cabeza que podría ser ella quién tocaba la puerta cuando llegaste.

Antes de que Laurel pudiera contestar Becca llamó mi atención ya que se aproximaba a la sala con una taza de café en la mano.

—Hola—Saludó sonriente a mi asistente quién hizo lo mismo, —Te traje esto—Se refirió ahora a mi extendiendo la taza para que la tomara.

—Gracias—Pregunté aún dudosa por tal gesto ya que no le había pedido nada.

—No es nada, ¿Quieres algo tú Laurel?—La sonrisa y la amabilidad de Becca me sorprendió de momento, nunca me había detenido a mirarla ni a observar cómo era que se comportaba.

—No gracias, si necesitamos algo más te llamamos—Respondió la castaña un poco irritada.

—De acuerdo—Asintió Becca regalándole una sonrisa más, —Mañana iré por la mañana a correr, ¿Te unes?—Cuestionó mirándome mientras asentía, —Perfecto, nos vemos mañana—Se despidió dejando un beso sobre mi mejilla.

—¿Estás saliendo con ella?—La pregunta o mejor dicho el reclamo de Laurel me había tomado desprevenida.

—No, ¿Qué te hace pensar eso?

—Ese beso que te dio—Me reí de forma involuntaria por su reacción.

—Si te acuerdas que antes de que ella llegara yo te estaba hablando sobre Poché—Aún no entendía como es que pensaban que yo pudiera tener otra relación en seguida a la que me había dejado mal, eso era prácticamente imposible.

—Siento qué tal vez le gustas—Opinó Laurel al respecto.

Volví a reír mientras buscaba entre el sillón mi celular, el cuál había comenzado a sonar.

—¿Si diga?—Atendí el móvil viendo de reojo a mi amiga, —¿Hola?

Al no tener respuesta separé el celular de mi oreja corroborando el número del que provenía la llamada.

Quiéreme otra vez.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora