Xoximilco.

25.7K 1.2K 620
                                    

~Calle~

—¿Me lo estás diciendo en serio?—Le pregunté aún con sorpresa.

—Por la tarde de ayer contactaron a mi agente, en la noche tuve una vídeo conferencia y quedamos en firmar para cuando nos veamos—Explicó con una sonrisa en los labios.

Platicamos el resto del camino hasta que vi como a lo lejos se empezaba a ver iluminado, señal que indicaba nuestra llegada a ese sitio.

Según Andrea aquel lugar rendía homenaje  la cultura mexicana, y a uno de los sitios más representativos de la Ciudad de México.

—Te siento ansiosa—Percibió Andrea preparada para bajar de la van.

—No, solo estoy emocionada—Contesté una vez abajo.

Observé el lugar y de verdad me gustaba mucho, ya había oscurecido, lo que era la entrada estaba repleta de flores y muchos colores, era algo muy mexicano.

Félix camino con nosotras hacía la taquilla de entrada en dónde adquirimos los pases e informaron que el paseo comenzaba en alrededor de una hora.

—¡Esto es increíble!—Expresó mi amigo mirando hacia los puestos que formaban una pequeña kermés casi a la entrada de aquél lugar.

Estaban adornados por igual, en ellos se ofrecían distintos souvenirs representativos de todo México y obviamente Cancún.

—Daniela, mira esto—Me llamó Félix aún asombrado.

Caminamos hasta llegar al frente de uno de los puestos en los que servían esquites, ese delicioso tentempié hecho a base de granos de elote cocido con epazote.

—Yo también quiero uno de esos—Oí claramente la voz de la mujer con la que había platicado en el camino; —Gracias— Finalizó estirando su mano para tomar el vaso que la chica al otro lado de puesto le ofrecía.

—Ahora puedes acompañarlo con algo de esto—Le expliqué a Félix poniendo un poco de mayonesa, quesó y chile en polvo a mi vaso.

—¿Quieres preparar estos también?—Preguntó Andrea estirando el vaso que tenía hacía donde estaban los demás ingredientes.

Sonreí al tiempo en que asentí y le intercambié el vaso por el que recién había preparado.

Vacié un poco de chile piquín en el que tenía ahora y sentí como alguien lo arrebataba de mi; levanté la mirada y me encontré con un Félix muy sonriente con la intención de dejarme el vaso al que aún le faltaba la mayonesa y el queso.

Giré los ojos y terminé aceptando el cambio.
—Ya deberías venirte a trabajar aquí—Sugirió mi amigo de forma burlona mientras se llevaba una cucharada de esquites a su boca.

Repetí lo que hizo caminando hacía el centro de aquella kermés mientras esperábamos a que los demás llegarán a reunirse con nosotros.

Miré a lo lejos a Andrea junto con otra de las modelos frente a un puesto de chucherías, cuando percibió mi mirada me dedicó una sonrisa llevándose a la boca una cucharada de esquites.

Me reí ya que había hecho lo mismo que Félix hacía algunos minutos.

Platicamos un rato más entre los amigos fotógrafos de Félix y él mientras esperábamos a que el paseo comenzara; la gente comenzaba a reunirse alrededor de nosotros.

Faltando diez minutos para el comienzo del paseo caminamos hacía el embarcadero para abordar una especie de lanchas realmente muy coloridas y bastante amplia llamadas trajineras.

Según esto el paseo contaba de recorrer una laguna y durante el viaje conocer más sobre la cultura mexicana en su comida, bebidas y música lo principal de todo era pasar un rato agradable y divertirse.

Quiéreme otra vez.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora