Enojo.

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~Poché~


El enojo se expandía por todo mi cuerpo, desde que desperté hasta el momento sentía la necesidad de estar con Calle, pero por situaciones laborales me estaba siendo imposible ir con ella.

Tenía un viaje planeado a Australia con HM, viaje al cual iría con mi mujer después de nuestras vacaciones después de la boda y que por lo sucedido estaba pospuesto.

La marca al enterarse de que Calle había despertado me convocó a una reunión en la que acordaríamos nuevas fechas de trabajo, y me estaba volviendo loca porque anteriormente ese era el trabajo de Carina.

Miré el reloj y pasaban de las ocho de la noche, me sentía abrumada, por sin me había comunicado con Juli quién preguntaba si iría al hospital o no.

Cuando por fin me desocupé me di cuenta que era muy tarde, regresé a la casa para bañarme, cuando estuve a punto de salir de la habitación recibí un nuevo mensaje de mi cuñada.

"Cuñi, a Calle le harán otro estudio y la van a dormir, me quedo con ella esta noche, descansa."

Suspiré dejando mi celular sobre la cómoda que estaba en seguida de la cama y con esto me dispuse a dormir.

Cuando desperté lo primero que hice fue estirarme, hoy sí tenía que ir al hospital, extrañaba a mi mujer. Tomé el celular y casi vomité al ver la hora, faltaban quince minutos para que fuera la una de la tarde.

Me paré a la carrera comenzando a quitarme la pijama, saqué del clóset lo que usaría ese día y pasé al tocador, en dónde me maquille con rapidez.

Un crujido en mi estómago llamó mi atención, tenía hambre.

Cuando me monté al auto me dirigí a un restaurante de comida rápida para almorzar algo antes de llegar al hospital, y así fue; media hora más tarde me estaba topando con un par de personas esperando alguna entrevista fuera del hospital.

Estacioné el auto y baje en seguida, esperé a que el elevador llegará por mí y en cuanto lo ocupe conté los segundos para estar en el piso correspondiente. Al llegar me encontré con Andrea, ¿Por qué tenía tan mala suerte?

—Hola Poché —Saludó efusiva dándome un abrazo el cual correspondí sin la misma energía, —Acaba de entrar Laurel, —Informó llevándome con ella a los sillones de espera.

Sonriendo falsamente me levanté del sofá y caminé a la habitación.

—Laurel acaba de entrar —Repitió lo antes dicho sujetando mano.

—Pues va a tener que salir —Hablé clara pidiéndole mi mano de vuelta.

—Calle está de malas —Llamó mi atención otra vez haciendo que me detuviera.

—¿Qué tiene?

—No sé, solo está muy enojada y Laurel entró a ver si podía tranquilizarla —Giré mis ojos abriendo la puerta de la habitación.

—Buenas tardes —Las saludé entrando.

—Poché —Pronunció Laurel levantándose del sillón en el que descansaba.

—¿Me dejas a solas con mi mujer? —Intenté ser amable pero no podía, y menos al ver que había tomado su mano.

—¿Estás de acuerdo con eso? —Preguntó a Calle quién ni siquiera se había tomado la molestia de mirarme.

—Da igual, solo va a estar aquí un rato y después se va a ir —Suspiró viéndome por fin, —No te vayas a ir tú, —La miró ahora a ella haciéndola sonreír.

Quiéreme otra vez.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora